Victoria de Suecia: radiante por dentro y por fuera
Desde su boda, la Princesa ocupa el trono de la elegancia en el país escandinavo, en ausencia de su hermana, la princesa Magdalena, que se encuentra en Estados Unidos
El matrimonio le sienta bien a Victoria de Suecia. No sólo a su corazón –por fin es feliz junto al hombre de su vida, el príncipe Daniel, tras siete años de largo noviazgo hasta conseguir de sus padres, los Reyes de Suecia, su bendición-, sino también a su imagen. Ahora que su hermana, la princesa Magdalena, Reina de la Elegancia sueca, ha puesto su campamento de operaciones en Estados Unidos para alejarse de la atención pública tras el revuelo causado por la ruptura de su compromiso matrimonial y de su relación con Jonas Bergström, la princesa Victoria ejerce la regencia y ocupa en su ausencia, desde meses antes de su Boda Real y especialmente a partir de sus nupcias, el trono del estilo. A sus últimos looks nos remitimos: faldas más cortas como la mini de encaje que vistió en los actos conmemorativos del bicentenario de la dinastía de los Bernadotte; vestidos que se ajustan a la cintura como el rojo de Escada que llevó en su visita a Shanghai; prendas más atrevidas como la falda tubo camell que también lució en ese mismo viaje; complementos ultra femeninos como tacones más altos, pendientes más largos... Conjuntos que resaltan los atributos naturales de la mujer y que descubren a una nueva Victoria. Radiante por dentro y por fuera.