Los príncipes Victoria y Daniel: de una luna de miel en la Polinesia a una luna de hiel en Suecia
Ciudadanos suecos han denunciado a la pareja por sospecha de corrupción al aceptar como regalo de bodas los desplazamientos de su viaje de novios en un avión privado y un yate de lujo, propiedad del acaudalado empresario sueco Bertil Hult
Victoria y Daniel de Suecia han probado las mieles de la luna en la Polinesia, y las hieles de la luna a su regreso a su país. Lo que fue un viaje de novios de ensueño con todos los gastos pagados tras su histórica Boda Real, se está convirtiendo a su vuelta en una verdadera pesadilla. Y es que la noticia del día en el país escandinavo que ocupa debates en televisiones, tertulias en emisoras de radio y columnas de opinión en periódicos no es otra que la denuncia de tres ciudadanos suecos contra los Príncipes por sospecha de corrupción al aceptar como regalo de bodas los desplazamientos en un avión privado y un yate de lujo, propiedad del empresario sueco Bertil Hult.
Los denunciantes estiman que los miembros de la Familia Real sueca no tienen derecho a recibir este tipo de regalos y que abusan de su condición real al hacerlo ya que podría esperarse ciertos favores por su posición a cambio de los cuantiosos obsequios, explica al diario Expressen el jefe de la división contra Corrupción sueco, Gunnar Stetler, que hará una declaración oficial al respecto la próxima semana. Fuentes de la Casa Real rechazaron tales acusaciones y argumentaron a los medios de comunicación suecos que se trata de un viaje privado y que fue regalo de un "viejo amigo de la Familia Real".