La Familia Real sueca celebró ayer como todos los 14 de julio el cumpleaños de la princesa Victoria en Borgholm, en la isla básltica de Öland, aunque lo hizo por primera vez sin la presencia de la homenajeada, que aún se encuentra disfrutando de su luna de miel con su esposo, el príncipe Daniel, con quien contrajo matrimonio el pasado 19 de junio en Estocolmo.
Los reyes Carlos XVI Gustavo y Silvia fueron los encargados de recoger las felicitaciones y los regalos de los cerca de 400 conciudadanos que se acercaron ayer por la mañana hasta el palacio de Solliden para celebrar la señalada ocasión, conocida como día de Victoria. “Es maravilloso ver a tanta gente en un día tan fantástico. En realidad creíamos que todos estarían en la playa”, dijo el monarca sueco en alusión a las altas temperaturas (por encima de los 30 grados) que estos días se registran en Suecia y en el resto del norte de Europa. El Rey agradeció su presencia a todos los congregados y prometió hacer llegar sus felicitaciones a la Heredera “cuando regrese aquí a Solliden más adelante este verano”.
Suecia no olvidó a su Princesa y salió de casa para festejar en la distancia, pero por todo lo alto, el 33º aniversario de su nacimiento. Así que, como es tradición, las festividades del cumpleaños continuaron el resto del día y tuvieron su punto culminante con un espectáculo musical en el pabellón de Borgholm, al que también acudieron los dos hermanos de la homenajeada, la princesa Magdalena y el príncipe Carlos Felipe. No faltó en esta gran fiesta de cumpleaños ni la buena música, ni el buen humor del Rey, ni el tradicional traje sueco de la Reina, ni la preciosa sonrisa de la princesa Magdalena, ni el atractivo del príncipe Carlos Felipe, ni un invitado muy especial -un perro labrador con regalito incluido-, que hizo las delicias de los miembros de la Familia Real sueca... Ni, en espíritu, Victoria de Suecia.
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