El principal objetivo de la prensa sueca se encuentra estos días en Nueva York. El mismo día que la Casa Real sueca anunciaba con un breve comunicado la ruptura del compromiso de Magdalena de Suecia con el abogado Jonas Bergström, la Princesa aterrizaba en Estados Unidos para iniciar en dicho país un viaje de trabajo de varios días relacionado con su labor con la Fundación para los Niños del Mundo, instituida en 1999 por la reina Silvia. Una multitud de fotógrafos recibió a la Princesa en el aeropuerto. Ella, con llamativas gafas de sol negras y sin el anillo de compromiso de diamantes que, según Aftonbladet, Jonas le regaló hace un año en Capri, no hizo ninguna declaración y se mostró ajena a todo el revuelo.
Y es que los detalles de la ruptura centran las páginas de la prensa sueca. Si las historias sobre la crisis de la pareja han ocupado la atención mediática en los últimos días, más aún ahora tras hacerse oficiales los rumores. Las especulaciones sobre las razones que han llevado a poner fin a su relación señalan en su mayoría la afición de Jonas a frecuentar la noche de Estocolmo con sus amigos como el motivo principal de su separación. Tampoco ayudó la decisión de la princesa Magdalena de viajar con más frecuencia a Nueva York y Londres, lo que a su vez hizo que Jonas se decantara por salir aún más de noche con sus amigos. Aunque la mayoría de las fuentes (todas anónimas) apuntan a que fue la Princesa la que rompió la relación, unas pocas señalan lo contrario, que él quiso romper el compromiso en vez de mantener la fachada. También el propio Jonas quiso informar a los medios de comunicación de que la relación con la Princesa estaba rota cuando se hizo público la pasada semana su supuesto affaire de hace un año con una joven noruega. Pero la Casa Real lo convenció de que esperara al pasado sábado para que la Princesa se encontrara fuera del país mientras se difundía la noticia de la ruptura.
Mientras tanto, Tora Uppstrøm Berg, la joven noruega que supuestamente tuvo una noche de pasión con Jonas, ha negado que fueran el dinero (la prensa noruega asegura que cobró unos 13.000 euros por la exclusiva) o la fama los que la convencieron de contar su historia. A través de un amigo, Tora declaró al diario noruego VG que la cantidad recibida fue simbólica, que si decidió revelar su secreto fue por "simpatía" hacia la princesa Magdalena y para mostrar "la clase de persona que es Jonas Bergström". "No había previsto las enormes consecuencias; me arrepiento de haber salido a contarlo", dijo Tora a través de su amigo Are Gronstad, que hizo de su portavoz.