Y ahora la tradición continúa, y la familia real sueca acude al "paraíso" cada verano, para hacer balance del año, bañándose en el mar, dando largos paseos a caballo, o sencillamente recogiendo flores. "Venir aquí es muy importante para mí, desde que era niña", afirma la princesa Victoria.
Su casa, en el bosque
Empleando sus mismas palabras, "30 metros más cerca del bosque", pero en el palacio de Drottningholm, la residencia oficial, de sus padres, los Reyes de Suecia, la princesa Victoria reside, sin embargo, habitualmente, desde principios del año 2002, en el pabellón de Sjöflöjen.
Un precioso edificio ubicado dentro de los muros de la residencia real, aunque independiente del ala palaciega en la que actualmente reside la [Familia Real sueca].
La futura Reina de los suecos, incapaz de dar la espalda a su familia y a los momentos felices vividos con sus hermanos, la princesa Magdalena y el príncipe Carlos Felipe eligió, entre todos las residencias de la familia, El apartamento de los Reyes. Una cómoda vivienda de 28 habitaciones, situada en el ala sur del castillo de Drottningholm, frente a las 200 estancias, que alberga el palacio real.
Ojja -así le llama su familia- se negó a abandonar, por completo, su vida de niña y a emprender, como mujer adulta, una nueva existencia en un barrio distinguido de Estocolmo. A cambio, vive sola, pero, sin dejar de ser la vecina del palacio de Drottningholm.
El palacio feliz
El palacio de los Juegos, de los secretos, fiestas, risas, llantos, peleas -especialmente, con Carlos Felipe, que nunca se da por vencido-, de los amores y confidencias de adolescencia; de los armarios compartidos y las carreras hasta el sofá preferido de todos...
También, el palacio de los fabulosos jardines -bellísimos, simétricos y perfectos- con su impresionante biblioteca, donde pasa la mayor parte de su tiempo trabajando arropada por miles de volúmenes -muchos de ellos firmados por sus propios antepasados-; y su espectacular teatro -uno de los mejores conservados de Europa. El palacio -está ubicado en la isla de Lovoen, a las afueras de Estocolmo- que fue construido a finales del siglo XVII, siguiendo el modelo arquitectónico del Palacio de Versalles.
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