Los príncipes Ingrid y Sverre, los grandes protagonistas de la blanca Navidad de la Familia Real noruega
La de la Familia Real noruega es la Navidad perfecta: blanca, como la del villancico, y tradicional. Y una de esas tradiciones que los soberanos y príncipes noruegos cumplen sin faltar en estas señaladas fechas es la celebración de la misa de Navidad en la capilla de Holmenkollen, a las afueras de Oslo, y a pocos kilómetros de la villa de Kongsseter, donde suelen pasar la Nochebuena. Junto a los reyes Harald V y Sonia estuvieron los príncipes herederos Haakon y Mette-Marit con sus hijos, los príncipes Ingrid Alexandra y Sverre Magnus, además de la princesa Cristina, tía del monarca e invitada habitual en Kongsseter.
La pequeña iglesia estaba abarrotada cuando los miembros de la Familia Real noruega hicieron su entrada en el templo, en cuya escalinata les esperaba para darles la bienvenida la pastora que luego ofició la misa. La ceremonia transcurrió con normalidad, aunque el pequeño príncipe Sverre Magnus, que junto a la princesa Ingrid Alexandra fue el gran protagonista del oficio religioso, tuvo una participación memorable. Se mostró curioso como todo niño y, en un momento dado de la celebración, trató de levantarse para acercarse al árbol de Navidad, lo que obligó a su padre a agarrarlo. Pero finalmente el pequeño se comportó como todo un príncipe -sobre todo después de recibir un dulce de la Reina-, al igual que su hermana mayor, que ejerció como una experimentada princesa durante el servicio. Tras la ceremonia, los Reyes y la princesa Cristina volvieron a Kongsseter para almorzar, mientras que los Príncipes y sus hijos se fueron a su casa en el palacio de Skaugum.
La princesa Marta Luisa y su familia pasaron la Nochebuena en casa de los padres de Ari Behn en Moss, al sur de Noruega, aunque se acercarán seguramente a Kongsseter para felicitar las fiestas en persona a los Reyes.