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La familia real noruega estuvo este fin de semana presente en la iglesia de Asker, a las afueras de Oslo, para asistir a la confirmación del joven Marius, de 15 años. Vestida con el traje típico de la provincia de Rogaland, su madre, la princesa Mette-Marit, hizo su entrada pocos minutos antes del comienzo de la ceremonia, sonriendo visiblemente, al igual que el orgulloso príncipe Haakon de Noruega.
Con ellos llegaron los hermanos pequeños de Marius, Ingrid Alejandra (que se tropezó al entrar en el templo, lo que hizo que se le saliera el zapato) y Sverre Magnus, además de de su abuela materna, Marit Tjessem, acompañada por su novio, Magnar Alfred Fjeldvær. También estuvieron en la iglesia otros miembros de la familia materna, así como Morten Borg, el padre de Marius.
Los reyes Harald y Sonia de Noruega (que lucía el traje tradicional de la provincia de øst-Telemark) fueron los últimos invitados en hacer su entrada, precediendo a Marius y los otros 14 jóvenes que se confirmaron y que lucían las tradicionales capas blancas.
Una hora después, cuando finalizó la ceremonia, Marius recibió, al igual que el resto de jóvenes, una rosa de manos de la párroca, Marit Skaar Skogesal, además de fundirse en un abrazo con su madre y su padrastro, según el periódico Nettavisen.
También el resto de la familia, con los reyes a la cabeza, acudió a felicitarlo de forma cálida. La familia real celebró luego un almuerzo en honor de Marius en el palacio de Skaugum.