Natación, tiro, ciclismo, judo, tenis... Los atletas olímpicos están recibiendo no sólo el apoyo de sus conciudadanos, sino de numerosos miembros de la realeza que durante estos días han convertido Londres en el centro del mundo. El ritmo no baja y las pruebas se van sucediendo unas tras otras, lo que en ocasiones supone que no puedan estar en dos sitios a la vez y tengan que decidirse por una disciplina u otra.
Haakon y Mette-Marit de Noruega están viviendo con mucha emoción estos Juegos Olímpicos. Así, además de celebrar por todo lo alto el bronce del noruego Alexander Kristoff en la prueba de ciclismo en ruta y apoyar al equipo de balonmano, los príncipes disfrutaron de las pruebas femeninas de 100 metros mariposa y 400 metros medley. Quizá porque sus nadadores no consiguieron buenos resultados, Haakon y Mette-Marit sólo tenían ojos el uno para el otro. Besos, abrazos, caricias, un masaje de hombros... Los herederos noruegos nos regalaron sus imágenes más tiernas y románticas, y las gradas del Aquatic Centre de Londres fueron testigo de ello.
Los príncipes coincidieron con los Grandes Duques Enrique y María Teresa de Luxemburgo, que acudieron a ver la prueba acompañados de sus hijos. El príncipe heredero Guillermo de Luxemburgo, a quien en esta ocasión no vimos acompañado de su prometida, Stéphanie de Lannoy, y sus hermanos, Félix, Alejandra y Luis, que acudió con su esposa la princesa Tessy, Alejandra (tan sólo faltaba el príncipe Sebastian), disfrutaron de lo lindo de la competición y animaron a sus nadadores hasta el último segundo, a pesar de que no consiguieron subir al podio.
Federico y Mary de Dinamarca tampoco se están quedando atrás. Los príncipes van de aquí para allá aprovechando para mostrar todo su apoyo a sus olímpicos y disfrutando de algunas pruebas de diferentes deportes. Los herederos daneses disfrutaron del tenis viendo a la jugadora danesa Caroline Wozniacki, que ganó su primer partido y lució orgullosa sus uñas patrióticas, inspiradas en la bandera del país. Federico y Mary tampoco se perdieron una de las pruebas de natación y, junto a los príncipes Noruegos y de Luxemburgo, ocuparon las gradas del Aquatic Centre londinense para animar a los suyos, esta vez acompañados de la reina Margarita de Dinamarca.
La que no podía faltar a su cita con la natación era la princesa Charlene, que vivió la final con mucha emoción. Como ya comentamos, la esposa del soberano monegasco está viviendo sus primeros Juegos Olímpicos como Princesa con el corazón dividido entre su pasado y su presente. Su pasión por la natación comenzó siendo una niña y a los 18 años consiguió su primer logro: ganar los campeonatos de Sudáfrica. Cuatro años después, su equipo se clasificó en quinto lugar en los Juegos Olímpicos de Sydney. Ese mismo año y, con motivo del Encuentro Internacional de Natación de Mónaco Marenostrum, donde se reencontró con el príncipe Alberto, se llevó la medalla de oro de 200 metros a espalda. En 2002 consiguió tres medallas de oro en la Copa del Mundo de natación y una de plata en los Juegos de la Commonwealth de Manchester pero su carrera deportiva se truncó en 2007 cuando una lesión en el hombro le obligó a renunciar a los Juegos Olímpicos de Pekín.