Victoria de Suecia y Federico de Dinamarca recuerdan junto a la Familia Real noruega a las víctimas del doble atentado en Oslo
El rey Harald presidió una emotiva ceremonia en memoria de los 77 fallecidos en los ataques terroristas del pasado 22 de julio
La Familia Real noruega al completo presidió este domingo desde el palco de honor la ceremonia en el Spektrum de Oslo en recuerdo de las víctimas de los atentados del 22 de julio. El rey Harald de Noruega defendió la libertad, la democracia y la apertura en una "sociedad multicultural y diversa" durante su discurso al inicio de la ceremonia en recuerdo de las víctimas del doble atentado acontecido hace un mes.
La ceremonia, en la que artistas y actores populares noruegos interpretaron temas y leyeron fragmentos de textos, estuvo marcada por la emoción y reunió a la Noruega oficial, supervivientes y familiares de las víctimas un día antes de cumplirse un mes desde que el ultraderechista Anders Behring Breivik detonó un carro bomba en el complejo gubernamental de Oslo y luego perpetró una matanza en el campamento de las Juventudes Laboristas en la isla de Utøya, al sur de la capital.
"Como padre, abuelo y marido puedo intuir algo de vuestro dolor. Como rey del país, me solidarizo con cada uno de vosotros", dijo al principio de su discurso el monarca. "Perdimos a 77 personas que querían dar lo mejor para la sociedad. Tenemos que honrarlas defendiendo los valores por los que lucharon", dijo el rey Harald en un emotivo discurso con voz entrecortada y en el que no pudo evitar las lágrimas. Harald V resaltó que "la libertad es la mayor seguridad" y animó a los noruegos a "confiar los unos en los otros", además de agradecer su actuación a todas las personas que colaboraron en las tareas de rescate, además de al Gobierno y a los partidos políticos. "Está claro que para mí han hecho todo lo posible por ayudar", afirmó el monarca, mientras en el palco de honor, su nuera, la princesa Mette-Marit, que perdió a un familiar en la masacre de la isla de Utøya, tampoco podía contener el llanto.
Entre los más de 6.000 invitados estuvieron los primeros ministros de los otros países nórdicos, los presidentes de Finlandia e Islandia, el príncipe heredero Federico de Dinamarca y la princesa heredera Victoria de Suecia. Fueron invitados también miembros de los servicios sanitarios y de rescate, así como otras personas que participaron en las tareas de ayuda tras los atentados del pasado día 22.
Un superviviente de la masacre de Utøya, Buria Jamil, se mostró emocionado por participar en la ceremonia antes de entrar al Spektrum y recordó la importancia de haber regresado el sábado a la isla. "Lloramos. Fue muy fuerte, desde el punto de vista emocional y especial, ver los sitios donde dispararon a tus amigos", dijo a Efe Jamil, quien, no obstante, resaltó: "Volvimos a Utøya para recuperar Utøya de nuevo".
Unidad y responsabilidad para defender la libertad y la democracia fue la idea central sostenida por el primer ministro, el laborista Jens Stoltenberg, en su intervención, que se cerró con el Spektrum en pie y aplaudiéndole. Stoltenberg animó a "luchar contra la violencia con todas las armas de la democracia" y apeló a cada noruego, sin tener en cuenta su origen o su religión, a emprender ese camino. El primer ministro agradeció su papel a quienes ayudaron en las labores de rescate de los atentados, aunque admitió que existen muchas preguntas acerca de la actuación de las autoridades que deben de ser respondidas "para seguir adelante".
La emoción dominó una ceremonia que tuvo su momento culminante cuando cinco actores noruegos fueron leyendo en alto los nombres de los fallecidos, mientras en la pantalla del escenario iba pasando una foto de cada uno, con el recinto iluminado por miles de pequeñas luces y en un silencio sobrecogedor sólo alterado por algún llanto.
La ceremonia, que culminó tres días en recuerdo de las víctimas en los que sus familiares y los supervivientes visitaron los escenarios de la tragedia, se cerró con la interpretación de Til ungdommen (A la juventud), una pieza que ya había sonado el pasado día 24 en la catedral de Oslo para recordar a las víctimas.