Nueva York ha vuelto a ser testigo estos días del mismo amor ilusionado que hace nueve años Haakon y Mette-Marit de Noruega pasearan por sus calles durante su luna de miel. La pareja regresó a la ciudad de los rascacielos para emprender esta vez una visita oficial de dos días con motivo del centenario de la Fundación Estadounidense-Escandinava y de paso revivir aquellos románticos días.
Los Príncipes han conjugado trabajo y placer en este viaje oficial a Nueva York reconvertido en parte en una segunda luna de miel. Los Herederos noruegos se han reservado algunos huecos en su agenda oficial para hacer turismo por la ciudad como una pareja de enamorados más. Pero la imagen más romántica de los Príncipes se captó en la cena de gala en honor a la Fundación Estadounidense-Escandinava con la que pusieron el broche de oro a su visita. El príncipe Haakon y la princesa Mette-Marit, muy elegante con un vaporoso vestido de noche en tonos grises que acompañó con un favorecedor peinado retro de ondas, demostraron en el hotel Plaza dotes para la danza y complicidad como pareja en el baile de la vida.
Otro de los momentos de la noche en el que la Princesa no pudo ocultar su amor y admiración por su marido fue durante la intervención del Príncipe. No se perdió ni una coma de su discurso acerca de esta organización que reparte becas a estudiantes e investigadores a ambos lados del Atlántico y promueve el intercambio entre ambos continentes. Tan pendiente como el primer día.