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Los príncipes herederos Haakon y Mette-Marit de Noruega, acompañados por sus dos hijos, la princesa Ingrid Alejandra, de cinco años, y el príncipe Sverre Magnus, de cuatro, acudieron este sábado al Estadio Nacional de Ullevaal, en Oslo, para presenciar la final de la Copa Noruega de Fútbol, en la que el Aalesund derrotó al Molde en los penaltis.
Los pequeños Príncipes se mostraron muy activos durante el partido, Aunque cuando más sorprendieron fue en la entrega de trofeos posterior, en la que ayudaron a sus padres y al Presidente de la Federación Noruega de Fútbol, Sondre Kåfjord, a repartir las medallas a los jugadores participantes al pasar por el palco de las autoridades.
La primogénita de los Herederos noruegos demostró que ya está aprendiendo a desenvolverse en actos protocolarios, sonriendo y, muy formal, dio la mano a los jugadores, ante las risas de todos los asistentes. No obstante, y aunque sangre azul corra por su venas, son niños al fin y al cabo y la princesa Ingrid Alejandra no dudó en taparse los oídos cuando le molestaba el estruendo del estadio o en aplaudir sin ganas en las partes menos interesantes del partido.