Los discursos del rey Harald y del novio constituyeron los momentos más emotivos del banquete nupcial. Los príncipes Mette-Marit y Haakon de Noruega hicieron su entrada en el comedor del palacio real de Oslo después de que lo hicieran los invitados a la cena de gala. El príncipe Haakon, solícito, ayudó a su esposa cuando, a su entrada en el solemne comedor real, se le enganchó el velo de seis metros con el que adornaba su traje.
Poco antes habían llegado los miembros de las Familias Reales asistentes al enlace, la reina Sofía, hizo su entrada del brazo de Alberto de Mónaco, y tras ellos, los Príncipes europeos, don Felipe acompañado de la princesa Victoria de Suecia. Tras el tradicional Skal, el saludo de bienvenida del Rey Harald, los cerca de 200 invitados que asistieron al banquete en el Palacio de Oslo comenzaron a degustar el menú, el resto unos 180, cenaron en la Sociedad Militar ya que el comedor real no tiene la suficiente capacidad para albergar a tantos comensales.
Una mujer excepcional
Como decíamos, el momento más emotivo de la velada, tuvo lugar cuando el rey Harald dedicó unas bonitas palabras a la nueva Princesa de Noruega. "He leído muchas veces que eres una chica ordinaria que hoy se ha convertido en Princesa. Eso no tiene nada que ver con la impresión que yo tengo después de conocerte", dijo el monarca noruego.
"No eres una mujer ordinaria, eres una mujer excepcional, eres fuerte, valiente y hoy has hecho una elección excepcional porque estás excepcionalmente enamorada de Haakon", continuó el rey Harald. Las emotivas palabras hicieron que algunas lágrimas rodaran por las mejillas de Mette-Marit de Noruega cuando el Rey concluyó: "La Reina y yo estamos muy orgullosos de ti y tenemos un gran respeto por lo que significas".
Mette-Marit, te quiero
Tras las palabras del rey Harald, el príncipe Haakon, de pie, en alto y mirando a su ya esposa, dijo:"Mette-Marit, jeg elsker deg" (Mette-Marit, te quiero). El heredero al trono de Noruega, confesó ante los 200 invitados: "Nunca he estado tan enamorado" y calificó a la princesa Mette-Marit de sensible, entusiasta perfeccionista y valiente, "en otras palabras, - continuó- eres una persona maravillosa. Estoy orgulloso de ser el compañero de tu vida".
El menú nupcial
El menú, servido tanto en el palacio Real como en la Sociedad militar, constó de dos platos entrantes, tempura de carne de cangrejo con lecho de crema batida de coco y lima, y escalope de vieira acompañado de jamón noruego y trufas a la vinagreta. Después le seguió el plato principal, piggvar, realizado a base de pescado frito sobre leche de puré de coliflor con salsa de naranja, adornado con perejil fresco. El otro plato principal, fue cordero fileteado en finas tiras sobre una menestra de verduras regado con una salsa de tomillo. De postre se sirvió sorbete helado acompañado de frutas de la temporada y salsa de bayas.
La tarta nupcial, de 2,69 metros de altura y siete pisos, culminó el banquete nupcial regado con vinos del castillo de Caix, la residencia estival de la reina Margarita de Dinamarca y su marido el príncipe Henrik.
Baile de gala
Tras el banquete, los invitados que se encontraban en la Sociedad Militar, entre ellos la modelo noruega Eva Sannum, se trasladaron al Palacio Real para asistir al baile de gala en el salón de baile, rehabilitado especialmente para la ocasión, de la residencia de los reyes Harald y Sonia. Allí, los cuatrocientos invitados al banquete nupcial, ochocientos fueron los que asistieron a la ceremonia religiosa, fueron testigos de los impresionantes fuegos artificiales, en honor de los Príncipes de Noruega.
El príncipe Haakon y la princesa Mette-Marit abrieron, al son de un vals, y como marca la tradición el baile de gala. Después, se unió el resto de los invitados que, bailaron salsa, funk, jazz y pop al ritmo que marcaba la orquesta.