Alberto y Charlene de Mónaco, eclipsados por sus mellizos en una singular entrevista
Que si distrae a sus bebés jugando al escondite, que si les entretiene con alguno de los juguetes dispersos por todo el suelo cuando comienzan a dar muestras de cansancio, Charlene de Mónaco da una idea de cómo es la vida de cada día con sus mellizos. Las tiernas escenas fueron captadas cuando los príncipes Alberto y Charlene abrieron palacio excepcionalmente a las cámaras para hacernos partícipes de su realidad de puertas para adentro con el príncipe Jacques y la princesa Gabriella, que cumplieron el pasado 10 de diciembre su primer año.
Pese a la majestuosidad del escenario, el gran Salon de los Espejos del Palacio del Príncipe de Mónaco, el ambiente era de muchas otras maneras muy normal, como el de cualquier familia, con marcos de fotos de los niños y motivos decorativos de carácter infantil -un carussel de esmalte y plata, animales de adorno en rosa y en azul...- y, enmarcando el encuadre, gigantescos osos de peluche.
El vídeo incluye instantes nunca antes vistos del bautizo de los mellizos, de su presentación y del Día Nacional de Mónaco en brazos de su madre y de su padre. Los bebés jugaban a los pies de sus padres en medio de una selección de sus juguetes favoritos mientras la princesa Charlene, en inglés (su lengua materna), y el príncipe Alberto, en francés, hablaban de las diferentes personalidades de los niños y de sus sueños para ellos. En un momento dado, la cariñosa mamá toma en sus brazos a su niño bullicioso y lo sostiene en el aire.
La princesa Charlene comienza describiendo a sus hijos como “muy activos, muy juguetones, absolutamente adorables”. Así que la diversión está garantizada en palacio: “Y un montón de trabajo”, añadió con una sonrisa. El príncipe Alberto, al que se le escapaban de vez en cuando las sonrisas de orgullo como feliz padre de familia, dijo que sus mellizos están contentos y rara vez lloran: “Nunca he oído decir que se quejen. Sí, cuando tienen hambre, lo hacen, pero nunca han sido ruidosos por otros motivos, excepto porque estén alegres”. La pareja insistió en que son muy sociables, a pesar de que la princesa Charlene señaló que necesitan un tiempo para familiarizarse con los extraños.
Durante la charla el Príncipe monegasco volvió a elogiar a su mujer por su “maravilloso” cuidado de los niños pequeños. El soberano había mencionado con anterioridad que era ella misma la que atendía a los mellizos cada mañana a las 6 de la mañana y que era ese el motivo de su felicidad y sus imborrables sonrisas. El príncipe Jacques es muy activo, tal y como se pudo apreciar durante la entrevista, en la que cubrió mucho terreno tirándose de un lado a otro, mientras que su hermana, la princesa Gabriella, parecía muy vocal.
¿Y a quién se parecen los bebés? “Varias personas han dicho que Gabriella se parece más a mí que Jacques...”, responde el príncipe Alberto. “Definitivamente creo que hay un poco de Charlene en los dos. Pero es demasiado pronto para decir con seguridad”. De lo que no cabe duda es de que serán acuáticos como la sirena de Mónaco. Teniendo en cuenta su pasado como exnadadora olímpica, la princesa Charlene tiene mucho interés en que ambos sean bebés de agua. La Princesa reveló que ella ya ha comenzado a enseñarles a nadar con el método drown proof, una técnica que enseña a los niños a ser competentes en el agua desde una edad temprana.
La entrevista giró hacia derroteros institucionales. El príncipe Alberto reveló que espera introducirles “de la manera más suave posible” en las responsabilidades oficiales que les vienen impuestas de su condición real como a su propio padre. La princesa Charlene, consciente de los deberes que les esperan, subraya que para ella como madre lo más importante es su “salud y el bienestar, que sepan que son amados y cuidados”. Las preocupaciones de una maravillosa mamá.