Beatrice Borromeo, una novia muy ‘Grace’
La boda de Pierre Casiraghi y Beatrice Borromeo, el pasado sábado en el lago Maggiore, ha sido una de las más románticas en mucho tiempo. Como es habitual en todos los enlaces, la novia ha sido la gran protagonista, la más buscada y la que más intrigas ha despertado en cuanto sus estilismos. Beatrice –con sus seis vestidos- ha demostrado tener una elegancia y un saber hacer innato, del que ya había dado muestras en cada una de sus apariciones. Un glamour que inevitablemente recuerda al que Grace Kelly llevó al Principado.
Sin duda la novia eligió con mimo cada uno de sus vestidos, el más especial –por tradición- es el que lució para dar el “sí, quiero” en la ceremonia religiosa. Su cuello, su manga francesa, el encaje color marfil, la sutileza de sus movimientos, el pelo retirado hacía atrás… Un look nupcial que trae a la memoria aquellos estilismos que lucía Grace, incluso antes de pertenecer a la realeza, cuando era una estrella de cine que acudía a los festivales de cine más elegantes. Como aquel de Cannes, en 1955, en el que conoció a Raniero de Mónaco, cambiando el rumbo de su vida y también el del país en el que se convertiría en Princesa.
Los vestidos de novia de Beatrice Borromeo
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Al caer la noche llegó el momento de la gran fiesta, Beatrice Borromeo volvió a apostar por Armani con un espectacular vestido en tul de seda de tirantes, con escote en pico, de un blanco radiante y con fajín satinado en la cintura. Un estilo vaporoso, de inspiración helénica que trae a la memoria el estilo que popularizó Grace tras el estreno de Atrapa un ladrón. Aunque la Princesa lo lució en la cinta en clave lady -con el corpiño cruzado y escote corazón- pero que con una falda muy ligera similar a la que Beatrice lució en para la gran fiesta de boda en la Rocca de Angera.
Si en algún momento se pudo llegar a pensar que Beatrice Borromeo se podría inspirar en sus hermanas mayores -tanto Isabella, como Lavinia y Matilde se vistieron de Valentino- ella terminó con esas suposiciones de un plumazo y parece que buscó la inspiración en la abuela del novio, demostrando que en ella se encarna el nuevo glamour de Mónaco.