Pierre y Beatrice reciben a sus invitados en el lago Maggiore con una fiesta de bienvenida
El lago Maggiore en Italia está viviendo las primeras horas de la boda del año. El segundo “sí, quiero” de Pierre Casiraghi y Beatrice Borromeo ha hecho que cientos de invitados llegados desde todos los rincones del mundo “desembarquen” en este paraíso alpino. Las primeras en dejarse ver -surcando las aguas del segundo lago más grande de Italia- han sido Carolina de Mónaco, Carlota Casiraghi y Alejandra de Hannover, que vestidas de modo muy informal han cogido una pequeña embarcación para descubrir algunos de los rincones en los que tendrá lugar el enlace.
Si la semana pasada los Grimaldi abrieron su palacio para recibir a más de 600 invitados en Mónaco y ejercieron de anfitriones de forma brillante, ahora ha llegado el turno a la familia Borromeo y parecen dispuestos a demostrar por qué se les conoce como “los señores del lago”.
En ¡HOLA!, las fotografías exclusivas de la boda de Pierre y Beatrice en Mónaco
El viernes por la tarde, Pierre y Beatrice celebraban una nueva fiesta, la primera en tierras italianas, que ha servido para dar la bienvenida a sus invitados al que será el escenario de su "segunda boda". El lugar elegido ha sido Isla Madre, una de las joyas del lago Maggiore, ligada a la familia Borromeo desde que en 1502 comenzó la primera obra para convertir esta isla en un lugar de deleite gracias a la suavidad del clima y la exuberante naturaleza. En 1858 se construyó una gran plaza con una capilla que tiene una hermosa fachada decorada con paneles de terracota. Este fue el lugar elegido por Lavinia Borromeo y su marido, John Elkann, heredero de los Agnelli y presidente del grupo Fiat, para sellar su amor en septiempre de 2004.
Una fiesta en la que el dress code parecía exigir un estilismo 'chic' pero informal, y para prueba el look de la propia novia. La aristócrata llevaba un vestido largo en tonos blancos y marfil con bordados y transparencias, de manga larga, con sandalias romanas planas y su melena rizada y suelta adornada con flores. Beatrice se vistió de blanco horas antes de su boda religiosa, pero no fue la única: su ya esposo, Pierre Casiraghi, también llevaba camisa y pantalón de este color.
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La princesa Carolina, a quien poco antes veíamos vestida mucho más cómoda llegando en barco junto a sus hijas Carlota y Alejandra, lucía un 'jumpsuit' floreado con sandalias planas y llamativos pendientes, mientras que Carlota Casiraghi, acompañada por Gad Elmaleh y con su hijo Raphaël en brazos, llevaba un largo vestido blanco y negro. También llevaba en brazos a su hijo, Sasha, Andrea Casiraghi, junto a Tatiana Santo Domingo. Tampoco se perdieron la fiesta caras tan conocidas como la de las modelo Eva Herzigova y Jessica Hart, la 'it girl' Bianca Brandolini, Margherita Missoni, Dasha Zhukova -la mujer del magnate ruso Román Abramóvich-, Alex Dellal -que durante años fue novio de Carlota Casiraghi- acompañado por su mujer la modelo Elisa Sednaoui o María Gabriela de Saboya.
Los príncipes herederos de Noruega, Haakon y Mette-Marit, también se han desplazado al lago Maggiore para la boda. Mientras el Príncipe se vistió con un estilo muy italiano, la Princesa eligió un vestido rojo, sandalias planas y un tocado de flores. Con ellos ha ido su hijo mayor, Marius.
Los invitados pudieron disfrutar de un escenario que se cerró al público a las cinco de la tarde y que está repleto de salones venecianos con tapices, brocados, columnas floreadas, retratos familiares e incluso un pequeño teatro de títeres, que seguró hizo las delicias de los más pequeños, como Sasha Casiraghi. Todo ello en un entorno en el que florecen olivares, cítricos, magnolias, camelias o nenúfares, al aire libre o en bellos invernaderos acristalados con vistas al lago.
Las islas Bella y Madre, la Rocca de Angera o el isolino de San Giovanni son lugares de ensueño –ideales para una boda-, propiedad del conde de Arona, don Carlo Ferdinando Borromeo, padre de Beatrice. Así que no es de extrañar que la Princesa de Hannover y sus dos hijas –acompañadas por una amiga- no hayan querido perderse la oportunidad de hacer un poco de turismo antes de prepararse para poner rumbo a isla Madre
Aunque la información ha salido a cuentagotas, ya que los Grimaldi siempre están envueltos en un velo de misterio, se sabe que el enlace tendrá lugar en el isolino de San Giovanni -la única isla que no está abierta al público y que es la residencia de veraneo del padre de Beatrice- y el posterior banquete nupcial será en la Rocca de Angera, que ha sido cerrada a los turistas del 30 de julio al 3 de agosto para poder acoger las celebraciones.
Una fortaleza de la que emerge un castillo medieval que domina la parte meridional del lago Maggiore, una posición estratégica desde la que se controlaba el comercio y que era propiedad de la Casa Visconti, hasta que en 1449 fue adquirida por la familia Borromeo. Un lugar que sin duda está a la altura de la boda celebrada el sábado pasado en la “fortaleza” de los Grimaldi, bañada en ese caso por el Mar Mediterráneo.