Así amanece Mónaco para la boda de Pierre Casiraghi y Beatrice Borromeo
Con el cielo despejado y el termómetro marcando los 25 grados, así se ha despertado Mónaco consciente de que por delante va a vivir un día tan largo como inolvidable: el primer “sí, quiero” de Pierre Casiraghi y Beatrice Borromeo. Desde Italia han llegado los Casiraghi, los Borromeo y los Marzotto y, en el Principado, los Grimaldi les han recibido con los brazos abiertos.
Aunque el escenario principal en el que se desarrollará el enlace se encuentra preparado desde primera hora, la primera cita de la mañana tendrá lugar al otro lado del puerto de Mónaco, a tan solo tres kilómetros del Palacio, concretamente en el Hotel Fairmont, en donde –según el medio italiano Dagospia- Paola Marzotto, madre de Beatrice, ha organizado un desayuno para los familiares y amigos íntimos de la novia que se están alojando allí, como su hermano Carlo Borromeo y su esposa, la diseñadora Marta Ferri.
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Desde las residencias particulares y los hoteles pronto comenzará el ir y venir de vehículos rumbo al Palacio Grimaldi. El gran bastión de la Casa Principesca ha sido testigo de muchas bodas: la de Raniero y Grace, los tres “sí, quiero” de Carolina, la primera y discreta boda de Estefanía, el espléndido enlace civil de Alberto y Charlene y, la más reciente, la de Andrea Casiraghi y Tatiana Santo Domingo.
En esta ocasión, como en muchas de las anteriores, no se espera la presencia de miembros de otras casas reales, solo los que están dentro de la familia como el príncipe Antonios von Fürstenberg -marido de Matilde Borromeo- o los hijos de Ernesto de Hannover, los príncipes Ernesto y Christian, este último acompañado por su novia, Alessandra de Osma. Lo que no será un impedimento para que entre sus históricos muros se despliegue todo el lujo y el glamour que caracteriza a Mónaco, ya que entre los 700 invitados que ya están allí se encuentran importantes personalidades del mundo empresarial, de la política y de la cultura, amigos y familiares de la pareja.
En uno de los salones del Palacio -es posible que en el de los Espejos, en donde se casó la princesa Carolina con Stefano Casiraghi, una de las ausencias más sentidas en un día como hoy- comenzará la ceremonia civil a las 12:00 de la mañana y terminará con el repique de campanas que indique que los enamorados ya son marido y mujer. A esto es previsible que se sumen los aplausos y vítores de los invitados –que se pueden oír desde el exterior del Palacio- de que Pierre y Beatrice hacen su descenso por la escalinata de mármol de Carrara -presidida por el escudo de los Grimaldi, Deo Juvante (con la ayuda de Dios).
Para entonces las botellas de champagne ya estarán descorchadas y el personal de las cocinas de Palacio ya tendrá listo el Cavagnëtu (palabra monegasca que designa algo similar a un picnic o a una garden party) en los jardines que rodean a la piscina, que desde primera hora se encuentran repletos de flores, con mesas para el buffet y también algunos asientos salpicando el lugar para aquellas invitadas que no quieran descansar los pies.
De ese parque idílico, bañado por el Mediterraneo, en el que se esperan que las temperaturas superen los 30 grados en las horas centrales del día y que fue el escenario de las primeras fotografías de los príncipes Raniero y Grace, está previsto –según el italiano Si24- que los novios y sus invitados se trasladen –en un trayecto de menos de doce minutos en coche por la carretera de la costa- al night-club Jimmy'z.
Los que no podrán seguir de celebración serán el príncipe Alberto de Mónaco –que está previsto que abra el brindis en el jardín con un breve discurso dedicado a la pareja- y su esposa Charlene, ya que está previsto que asistan a la tradicional gala de la Cruz Roja, que tendrá lugar en el Sporting de Montecarlo y en la que actuará Sting. ¿Se escapará algún invitado para oír el concierto del músico británico? Esta noche lo veremos.