Menos de una semana después del nacimiento de sus mellizos, los príncipes Jacques y Gabriella, Charlene de Mónaco ha hecho sus primeras declaraciones sobre su experiencia de la maternidad: "Me siento muy feliz y emocionada, orgullosa y aliviada. Siempre quise formar mi propia familia. Me llevó tiempo, pero hoy me siento bendecida". La Princesa ha hablado distendidamente acerca de lo que sintió la primera vez que tuvo a sus pequeños en brazos, del porqué de los nombres elegidos, del alta hospitalaria...
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La Princesa, que al igual que sus recién nacidos se encuentra a la espera de recibir el alta médica en el hospital Princesa Grace de Mónaco, explicó en sus primeras entrevistas tras convertirse en mamá a las publicaciones francesas Paris Match y Nice Matin que los niños nacieron 15 días antes de que el embarazo llegara a término y que, aunque los pequeños Príncipes están en perfecto estado, necesitan ganar peso antes de su primera aparición.
Razón por la que la princesa Charlene y sus mellizos no han abandonado todavía el centro médico y seguirán allí aún unos días más, aunque los bebés ganan peso cada día y todo discurre según los parámetros normales en este tipo de situación: "Depende de su progreso y la valoración de los médicos. No sé aún cuando saldremos, espero que sea antes de Navidad, depende de los niños...Verás, ahora ellos son los jefes".
De todos los momentos mágicos de estos primeros días de vida de sus mellizos, la Princesa se queda con el primer llanto de los niños, aunque obviamente como todas las madres primerizas se sintió abrumada. Son adorables, activos y muy expresivos, según la recién estrenada mamá, pero todavía es pronto para sacar parecidos familiares: “Ya sabes, es sorprendente lo que cambian. De la mañana a la tarde, ya son diferentes. Su cara evoluciona constantemente. Por lo tanto, es difícil decir ahora a quién se nos parecen más. Tal vez sabremos más la semana que viene (risas)...Lo que puedo decirte es que ambos son muy activos y muy expresivos. Son hermosos, adorables, estoy loca de amor por ellos”.
Otra de las curiosidades que rondaba a muchos era el porqué de los nombres elegidos, ya que ni Jacques ni Gabriella figuraban como favoritos en las quinielas. La princesa Charlene explica los motivos de su elección: “Siempre me ha gustado Jaques. Es un nombre francés, pero también común en Sudáfrica. En cuanto a Gabriella, lo vi claro. No es muy conocido, pero el Príncipe y yo lo encontramos encantador”.
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Alberto de Mónaco está igualmente feliz, emocionado y orgulloso que la princesa Charlene. Así le hemos visto en cada aparición posterior al nacimiento de sus mellizos y, especialmente, en los tradicionales compromisos navideños del Principado, donde le hemos visto ejercer de Papá Noël entregando entusiasmado los regalos a los niños. El soberano visitó una guardería en la demostró sus habilidades con los chavales. Todos los ojos estaban sobre el Príncipe mientras hacía entrega a un niño de un juego de carreras de coches y cuando tomó su asiento para presenciar la actuación de unos mini Santa Claus. El feliz papá no faltó tampoco al tradicional reparto de víveres de la Cruz Roja de Mónaco. Como Presidente de la Fundación benéfica, el príncipe Alberto desempeñó en solitario un papel crucial en la ceremonia de entrega de regalos de Navidad y charló con los monegascos cuando les hacía entrega de las bolsas. Con una sonrisa como nunca.