Carolina de Mónaco viste de 'glamour' su compromiso con AMADE
La Princesa reapareció en Génova (Italia), tras la boda soñada de Andrea Casiraghi y Tatiana Santo Domingo en los Alpes, para apoyar su gran causa a favor de la infancia
Poderosa, serena, tranquila. Como toda una Reina, Carolina de Mónaco ha reaparecido, tras la boda soñada de Andrea Casiraghi y Tatiana Santo Domingo en los Alpes, para apoyar su gran causa. La Princesa ha vuelto a ejercer de anfitriona en la gala anual AMADE (Asociación Mundial de los Amigos de la Infancia), fundada por la princesa Grace en 1963, que esta edición se ha celebrado en el Palazzo della Borsa en Génova (Italia) y no en Mónaco como suele ser habitual. La princesa Carolina acudió sola a la fiesta benéfica, pero desplegó glamour por todo un regimiento de Grimaldis y Casiraghis de tiros largos, con un look total black compuesto por un sofisticado vestido de terciopelo, con mangas trasparentes de encaje y botonadura en el pecho, que combinó con un clutch de Bottega Veneta y stilettos.
A Carolina de Mónaco, madre de cuatro hijos, princesa de corazón de oro y reina de la elegancia, no se le olvida que, más allá de las refinadas fiestas y los diseños de alta costura, hay una infancia rota que precisa de voces y rostros que luchen por sus derechos. Razón última por la que se prodiga en citas solidarias como esta y por la que asume como propias sus causas humanitarias, tal y como lleva haciendo al frente de AMADE durante los últimos 20 años. Prueba de ello ha sido esta velada en la que, junto a la incondicional Princesa, no ha faltado un exquisito menú y la subasta de antigüedades y objetos singulares para recaudar fondos que serán destinados en ayuda a la infancia necesitada del mundo. Todos los ingredientes para una noche redonda.