Andrea Casiraghi y Tatiana Santo Domingo están en capilla. La pareja, que contraerá matrimonio religioso mañana 1 de febrero en las nevadas montañas de Gstaad (Suiza), ha inaugurado con una fondue party los tres días de celebraciones nupciales junto a sus familias y sus amigos más íntimos en este paraíso alpino. Originalidad, diversión, lujo y glamour vuelven a presidir las segundas nupcias (se casaron en verano por lo civil en el Principado de Mónaco) del hijo mayor de la princesa Carolina.
La novia, que nació en Nueva York, pero vivió en Ginebra hasta los quince años, quería una boda perfecta y a su medida. La primera fiesta nupcial, víspera de la ceremonia religiosa, ya adelanta una celebración de ensueño, y de nuevo un enlace real de lo más atípico: sin miembros de la realeza, fuera de palacio, cinco meses después de su matrimonio civil en el Principado..., pero con todo el brillo que se presupone a estos acontecimientos. Los novios han dado la bienvenida a sus invitados en el refugio alpino de Eggli. Un restaurante de renombre mundial, reconocido por sus espectaculares vistas panorámicas de los Alpes berneses y por su carta típica de platos.
Y han disfrutado de una inolvidable noche al abrigo de los suyos: Carolina de Mónaco, que se ha proclamado reina de las nieves; Carlota Casiraghi, que ha hecho su puesta de largo tras su maternidad; los inseparables Pierre Casiraghi y Beatrice Borromeo, que han vuelto a inspirar nuevos sueños de boda de sus admiradores; Alejandra de Hannover, que como sus antecesoras ya es a sus catorce toda una bella princesa. Tampoco faltó el príncipe Alberto a esta primera cita nupcial, sin embargo la princesa Estefanía fue por motivos de agenda una de las notables ausencias, ya que ella y su hija mayor, Paulina Ducruet, presidían esta misma tarde la tercera edición del festival de circo para jóvenes de Montecarlo.
Desde Colombia y Nueva York han llegado la familia Santo Domingo, una de las dinastías más ricas de Sudamérica. Y desde todos los lugares del mundo, los íntimos del joven matrimonio: entre ellos, Margherita y Angela Missoni, Bianca Brandolini, Eugenie Niarchos, Alex Dellal, exnovio de Carlota Casiraghi y gran amigo de la familia, con su madre, Andrea; su pareja, la modelo Elisa Sednaoui, y su hijo; Noor Fares, Corso Serra di Cassano, Cedric Notz, los príncipes Pierre y Silvia d’Arenberg, Blanca Brillenburg, el diseñador Valentino, el fotógrafo Mario Testino… También hay representación española en la exclusiva lista de 300 invitados a la boda de Andrea Casairaghy y Tatiana Santo Domingo: la actriz Macarena Gómez y Alejandra Rojas, hija de los Condes de Montarco.
Tanto los Grimaldi como sus invitados han llevado todo el glamour a las montañas de Suiza. Lejos de las celebraciones que rodearon su boda civil, hace cinco meses bajo el justiciero sol de agosto, entre barcos de vela y salones palaciegos, el dress code -entonces de blanco con coronita de flores hippy chic, encaje y tricot- de esta primera celebración nupcial, entre las colinas nevadas alpinas, ha sido a la fuerza muy diferente, pero igualmente especial. Febrero tiene su código, y mucho más en Suiza, donde las temperaturas estacionales rondan los seis bajo cero. Así que nada de stilettos, sino botas; nada de sedas y muselinas, sino pieles... y como temática el filme La Pantera Rosa (1963). Una noche de cine con actuación musical tradicional y brindis.