El mundo está pendiente del nacimiento del bebé que espera Carlota Casiraghi. Incluso, más aún, impaciente por arrancar el número preciso de hojas al calendario para conocer al segundo nieto de Carolina de Mónaco, que agota sus últimos días, tal vez horas, en el seno materno. Pero parece que en Palacio la feliz llegada al mundo del nuevo Grimaldi se espera, además de con enorme ilusión, con confiada calma. Razón por la que la princesa Carolina acompañó al príncipe Alberto en el estreno de Weekend of a Champion, el documental que Roman Polanski realizó siguiendo al piloto de Fórmula 1 Jackie Stewart en el Gran Premio de Mónaco de 1971.
La Princesa, radiante con un traje pantalón de raya diplomática que combinó con blusa azul, dejó patente su felicidad como inminente abuela y derrochó sonrisas mientras posaba con el soberano monegasco, el director del filme y el corredor inglés, ganador de al menos tres títulos mundiales de Fórmula 1, al resultar campeón en 1969, 1971 y 1973, además de subcampeón en 1968 y 1972, y tercero en 1965.
El indudable brillo de Carolina de Mónaco incitaba mil y una preguntas sin respuesta acerca del feliz acontecimiento. Y es que el nacimiento del segundo nieto de la Princesa seguirá previsiblemente las pautas de siempre, ya anticipadas por Andrea Casiraghi y Tatiana Santo Domingo cuando se convirtieron el pasado 22 de marzo en padres del pequeño Sacha: ni habrá comunicado oficial ni tampoco presentación del bebé. Nada extraño. Tampoco hubo confirmación del embarazo. Rumores de toda índole compensan el vacío informativo. Que si espera un niño, que si se baraja como opción principal el nombre de Stefano (un emotivo homenaje de Carlota a su padre, fallecido en un trágico accidente mientras competía en los campeonatos mundiales de OffShore), que si luego tal vez se casen... Demasiados que si en espera de una confirmación o de un desmentido del tiempo.