La mujer de Andrea Casiraghi, Tatiana Santo Domingo, se unió por primera vez a la familia Grimaldi en esta celebración

La ausencia de Carlota y el debut de Tatiana marcan la Fiesta Nacional de Mónaco

La hija de Carolina está a punto de tener a su primer hijo, se espera el nacimiento para finales de año

por hola.com

Mónaco está de celebración. En el día de la Fiesta Nacional del Principado, los Grimaldi casi al completo se han reunido en la tradicional misa en la catedral, una cita que este año cobraba un especial significado. Todas las miradas esperaban ver a Carlota Casiraghi, en la que iba a ser probablemente una de las últimas apariciones públicas antes de dar a luz, pero no fue posible. Presidiendo la ceremonia, los príncipes Alberto y Charlene, con un original abrigo negro y guantes a juego, junto a las princesas Carolina y Estefanía, la primera también con un traje oscuro en tonos grises y la segunda, la única que ha puesto una nota de color con un abrigo rosa pálido.


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En otro de los lugares destacados del templo, los hijos de Carolina sentados junto a otros miembros de la familia Grimaldi. La ausencia más destacada ha sido la de Carlota, que está a punto de ser madre de su primer hijo junto al actor Gad Elmaleh (el actor tras su gira por Estados Unidos y Canadá ya está junto a Carlota, que tendrá a su bebé a finales de este año). 


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Los Grimaldi perdieron a uno de sus miembros más carismáticos, pero ganaron una "cara nueva". Tatiana Santo Domingo, tras su romántica boda con Andrea Casiraghi el pasado agosto, debutó en los actos del día grande del Principado. No asistió a la cita del año pasado, pese a que ya estaba comprometida con el hijo de la princesa Carolina, pero en esta ocasión se ha convertido en un miembro más de la familia.


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Fiel a su estilo sencillo, Tatiana ha llevado, al igual que su cuñada Alexandra, un conjunto negro, el color que este año predominó en las elecciones de las damas monegascas. Discreta con sombrero al igual que su suegra y la princesa Charlene, Tatiana ha suplido el lugar de su cuñada en la iglesia. La siguiente cita tenía como escenario el balcón del Palacio, desde el que normalmente se observa un desfile militar y se saluda a los monegascos congregados en la plaza. Sin embargo, el mal tiempo que hacía hoy en el Principado, una lluvia y viento muy fuertes, ha obligado a cambiar ligeramente los planes. Se ha suspendido este desfile y en su lugar han sonado las trompetas de los carabineros en la galería que se sitúa sobre la espléndida escalinata de mármol del Palacio, donde el príncipe Alberto ha saludado a diversas personalidades congregadas y ha entregado algunas condecoraciones.


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Los monegascos que esperaban pacientemente en la plaza bajo enormes paraguas han tenido sin embargo su recompensa. Agitando banderas en rojo y blanco, los colores del Principado, bajo la lluvia, el fervor de las decenas de personas que esperaron pacientemente la aparición de los Grimaldi no disminuyó un ápice. En cuanto se abrieron las ventanas del balcón, los vítores sonaron más fuerte que el viento. Los príncipes Alberto y Charlene fueron los primeros en escuchar los "hurras" de la multitud congregada, a los que respondieron con una sonrisa y saludos. En la ventana contigua las princesas Carolina y Estefanía, se unieron a Pierre y Alexandra, que concentró buena parte de las miradas, ya que en el balcón faltaron Andrea y su mujer Tatiana. El día terminará por la noche con una cita de gala. Acudirán a la ópera L'or du Rhin, un espectáculo que pondrá el broche de oro a la Fiesta Nacional de este año, que será sin duda recordada por detalles como el tiempo y los "cambios" en la familia Grimaldi.


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