Máxima expectación para un enlace real atípico
Tatiana Santo Domingo cenó anoche con sus amigas, según revela una instantánea publicada en Instagram bajo el título: 'La calma antes de la tormenta'
El Principado de Mónaco ha amanecido con aroma de boda real, despejado y con una temperatura media de unos 26 grados centígrados. Andrea Casiraghi, hijo de Carolina de Mónaco, y Tatiana Santo Domingo se darán el “sí quiero” en el palacio ante, según se ha publicado, unos 400 invitados. Sin embargo, nada tiene que ver este enlace con otros que han vestido a la realeza europea de largo en los últimos años, como los de Guillermo de Inglaterra, Guillermo de Luxemburgo e incluso el de su tío Alberto de Mónaco. Y es que a pesar de que Andrea ocupa el segundo lugar en la línea de sucesión al trono monegasco, su papel como Heredero ha sido siempre tan peculiar como alejado de lo que habitualmente supone ocupar este puesto -pese a no tener título es segundo, ya que, según fuentes cercanas a Palacio, la princesa Carolina cedió sus derechos sucesorios a favor de su hijo mayor por su mayoría de edad cuando el príncipe Raniero cambió la Constitución en materia de sucesión.
Ha llevado siempre una vida al margen de obligaciones oficiales, por eso quizá ha despojado a su enlace del boato que rodea a una boda real. Se casará por lo civil, cuando lo normal en estos casos es que se celebre además una ceremonia religiosa, siguiendo los pasos de su madre en sus dos últimos matrimonios. La princesa Carolina se casó civilmente con Stefano Casiraghi (1983) y Ernesto de Hannover (1999), a pesar de que para su tercera boda ya había conseguido la nulidad eclesiástica de su unión con Philippe Junot (la obtuvo en 1992, cuando Stefano Casiraghi ya había fallecido).
No asistirán invitados reales, como sería habitual en su condición, aunque sí que estarán presentes diversas personalidades del mundo de la política y la cultura, cumpliendo, al menos en parte, con el papel institucional que le corresponde. Estará además presente su primogénito Sacha que, tras la boda, pasará a ocupar el tercer lugar en la línea de sucesión aunque no de forma estricta, dado que nació antes de la unión de sus padres. Sin embargo, el hijo de Andrea, legitimado tras la boda, puede considerarse en lo paraoficial el heredero del Heredero hasta que los príncipes Alberto y Charlene tengan descendencia legítima.
Y es que a pesar de que el príncipe Alberto reconoció dos hijos nacidos antes de su matrimonio, un niño nacido de una relación con la azafata Nicole Coste llamado Alexandre Coste, y una niña, Jazmín Grace Rotolo, que tuvo con Tamara Rotolo, recalcó que ninguno de los dos formaban parte de la línea de sucesión al trono de Mónaco.
Los novios vivirán dos celebraciones en su gran día: el enlace civil ante unos 400 invitados al que seguirá un almuerzo en Palacio y después una fiesta en la que reunirán cerca de 250 amigos. Estos planes casan más con el “espíritu joven” de los nuevos aspirantes a los tronos europeos, ya que por ejemplo los Duques de Cambridge hicieron lo mismo el día de su boda (primero fue la boda religiosa y luego organizaron una celebración para los más jóvenes). No se sabe hasta el momento si habrá instantáneas de estos eventos y aquí seguiría también el ejemplo de su madre y su tía. Carolina de Mónaco difundió sólo una foto de su tercera boda y la princesa Estefanía no distribuyó imágenes de la suya con Adans Peres. Tampoco es habitual en una boda de un Heredero que no exista una extensa cobertura por parte de la prensa, algo que en esta ocasión faltará, dado además ese carácter de intimidad y privacidad que le han imprimido al acontecimiento.
La futura mujer de Andrea es su pareja ideal en lo que se refiere a ese espíritu chic y bohemio del que siempre ha hecho gala Andrea. Tatiana Santo Domingo no pertenece a la realeza pero sí a la estirpe de los más ricos del mundo. Su abuelo, el industrial Julio Mario Santo Domingo (fallecido en el 2011), ocupó el puesto108 entre los más ricos, según la revista Forbes. Aunque llevan juntos ocho años, su presencia tampoco se ha hecho apenas notar en público. Su sencillez, gusto por la moda artesanal y su inquietud por conocer otros lugares y por viajar, domina además varios idiomas, la acercan y alejan a la vez de la imagen de otras herederas consortes. Si algo se puede destacar de ella es su discreción y su personal estilo con el que ha dado un giro al término hippie. Es sin duda la mujer perfecta para este heredero atípico. Ellos ponen hoy el punto y seguido a un nuevo capítulo de la historia de la dinastía Grimaldi.