Gran expectación en torno a la boda de Andrea Casiraghi y Tatiana Santo Domingo
Los detalles del enlace de la pareja, que siempre ha mantenido mucha discreción con su vida privada, siguen siendo un misterio
Quedan apenas dos días para que Mónaco vuelva a ser testigo de un “sí quiero” real, aunque esta boda tan esperada será bien diferente a la última que vistió el Principado de fiesta, la del príncipe Alberto. La expectación por el próximo enlace de Andrea Casiraghi y Tatiana Santo Domingo es máxima, pero un halo de misterio la rodea ya que no han trascendido detalles de cómo se desarrollará la ceremonia y los preparativos se han llevado con el mayor de los secretos. La única información que se ha confirmado desde palacio es la fecha, el sábado 31 de agosto, y aunque las especulaciones acerca de la celebración han surgido por doquier, las fuentes oficiales no han hecho comentarios. Todo apunta, debido a este silencio, a que será una ceremonia privada que se celebrará en la más estricta intimidad.
Un “anonimato” que ha sido tónica habitual en la vida de este "heredero discreto" y es que, a pesar de que el novio es el segundo en la línea de sucesión al trono monegasco, siempre se ha mantenido al margen de la actividad pública del Principado. Andrea no tiene título pero ocupará este lugar en la línea sucesoria hasta que su tío, el príncipe Alberto, y su esposa Charlene tengan descendencia -tras su enlace, el hijo de Andrea y Tatiana, Sacha, legitimado en este, se consideraría en lo paraoficial el heredero del Heredero. Una de las mejores muestras de que Andrea no ejerce el papel institucional que le correspondería es sin duda, además de la discreción con la que vive, el hecho de que por ejemplo fuera su madre la princesa Carolina quien anunciara mediante una nota oficial el compromiso de la pareja, en julio de 2012 o que fuera ella también, junto a la madre de Tatiana, quienes confirmaran el nacimiento de su hijo, Sasha.
De celebrarse una ceremonia íntima, Andrea y Tatiana seguirían la estela de las últimas bodas de las princesas Carolina y Estefanía que, en su día, optaron también por mantenerse alejadas de los focos. Carolina, su madre y previsiblemente madrina en el enlace, se casó por segunda vez por lo civil en 1983 con el padre de Andrea, Stefano Casiraghi, una ceremonia celebrada en el Palacio Grimaldi. Tras la muerte de este, volvió a contraer matrimonio en 1999 con Ernesto de Hannover en la más estricta intimidad y a puerta cerrada, momento del que apenas se pudo ver una imagen. Estefanía por su parte contrajo matrimonio en secreto con el acróbata portugués Adans Peres, en 2003, momento del que no se llegaron a ver fotografías.
Aún sin saber si Andrea y Tatiana optarán por difundir o no imágenes de su gran día, tampoco se conoce el número de invitados a la celebración en la que no faltarán seguramente los hermanos del novio, Carlota, embarazada de su primer hijo, y Pierre. Pero todo siguen siendo especulaciones, como la de si asistirán las glamurosas amigas de la novia Eugenie Niarchos, Coco Brandolini, Margherita Missoni, Gaia Repossi y su socia Dana Alikhani. Y por supuesto el secreto mejor guardado, el vestido de novia, ¿seguirá fiel Tatiana a su estilo hippie chic?
El diario monegasco Nice Matin da algunas pinceladas sobre cómo puede ser el enlace. Según dice, se celebrará una ceremonia civil en Palacio para unas 400 personas, seguida de un almuerzo en los jardines que rodean la piscina. Por la tarde, unos 250 amigos de la pareja se encontrán para celebrar una fiesta que tendrá un ambiente tropical y exótico, mezcla del Caribe y África. Después de degustar un bufet, se pondrá música rock, pop y soul al baile que seguramente se prolongará hasta altas horas de la madrugada.