No hay duda de que este ha sido un verano diferente para Carolina de Mónaco y su hija Carlota Casiraghi. Sin embargo, cuando pensábamos que este año madre e hija no disfrutarían de unos días juntas y en familia, el barco propiedad de la princesa monegasca, el Pachá III, ha soltado el ancla para navegar con ellas por las aguas de Córcega.
Después de pasar unos cuantos días sola y también en compañía de unos amigos, la princesa Carolina de Mónaco por fin se ha reunido con sus cuatro hijos en la isla francesa para disfrutar, como venía siendo habitual, de unos días de vacaciones junto a Andrea, Pierre, Carlota y Alejandra.
El jaleo en la cubierta del barco ha vuelto a invadir la vida de Carolina y el Pachá III se ha convertido en un ir y venir de gente. A la presencia de sus hijos se ha sumado también la de sus "nueras", o futuras "nueras", y la de un “grumete” muy especial.
Así, Pierre llegó acompañado por su novia, Beatrice Borromeo, con la que había pasado unos días en Lacio; Andrea, como no podía ser de otra forma, lo hizo acompañado por su prometida, Tatiana Santo Domingo, quien luce una figura bastante sospechosa que sigue alimentando los rumores de embarazo. Sin embargo, en esta ocasión el barco contó con un "navegante" más, y este no fue otro que el novio de Carlota Casiraghi, el actor francés Gad Elmaleh, con el que Carlota ha estado pasando unos días de vacaciones en Los Ángeles.
A pesar de lo mucho que se ha hablado del distanciamiento entre madre e hija después de que Carlota comenzara a salir con Gad, la presencia del intérprete en las vacaciones familiares tiran por tierra todas estas cavilaciones. La princesa Carolina ha aceptado el noviazgo de su hija y hasta existen imágenes que muestran a Carolina de Mónaco charlando animadamente con el actor.
La normalidad vuelve a la vida de Carolina, y con el calor de sus hijos y la gran noticia del compromiso de Andrea, la princesa cierra finalmente este verano con broche de oro.