No es imprescindible, pero lo normal es que no falte una memorable despedida de solteros como antesala de una celebración nupcial por todo lo alto con la que los novios de turno sellan un compromiso de amor para toda la vida. Y Pierre Casiraghi y Beatrice Borromeo y sus cuñados los recién casados Antonius von Fürstenberg y Matilde Borromeo -contrajeron matrimonio el año pasado rodeados de los más glamouros invitados-, no se han podido resistir a la popular tradición y han preparado a un amigo común una celebración muy especial en la isla pontina de Ponza (Italia).
La pandilla urdió en secreto la despedida y el día D a la hora H dio rienda suelta a su plan sorpresa. Sin previo aviso, las dos parejas y otros tantos amigos, alrededor de diez, vestidos con una camiseta serigrafiada con la foto del novio y una dedicatoria especial, se dirigieron a la isla vecina de Palmarola, donde visitaron en lo alto de la misma la capilla dedicada a San Silverio, patrón de los Pescadores, del que era muy devoto el padre de Pierre, Stéphano Casiraghi. Pierre y Beatrice se emocionaron especialmente durante la visita y, ofreciendo una estampa anacrónica de su sueño nupcial, se fundieron en un apasionado beso a la salida del templo como harían dos recién casados.
A su regreso, todos aprovecharon para darse un chapuzón en el mar, pero ahí no acababa todo. Era el aperitivo de un día inolvidable y el incomparable escenario y un programa de actividades especialmente dedicado se encargarían de poner la filigrana a la despedida de soltero. Por la tarde, disfrazaron al prometido de Superman y fueron a pasear con él por las calles ponzesis. No faltó seguro un brindis por su felicidad y por la del resto de parejas. Ya se sabe que de una boda sale otra.