Los Grimaldi: pasión en el terreno de juego y devoción en las gradas
Alberto de Mónaco se enfrentó a Schummacher en el tradicional partido benéfico de Estrellas por los niños contra Pilotos de F1 en el que recibió el incondicional apoyo de sus más fervientes fans: las princesas Charlene, Estefanía y Alejandra, Paulina Ducruet y Camilla Gottlieb
Mónaco se encuentra al rojo vivo con los preparativos del Gran Premio de Fórmula 1 en pleno rodaje. Y, como parte de los acontecimientos previos a la competición del próximo domingo, para caldear aún más el ambiente, se celebró ayer en el estadio monegasco Luis II un partido de fútbol muy especial. Un encuentro solidario, cuyos beneficios se destinarán a la fundación infantil Amade, en el que se enfrentaron el equipo de los pilotos de Fórmula 1, con Michael Schummacher al frente, al de las estrellas para los niños, con Alberto de Mónaco como capitán.
Animado por la entusiasta afición, el príncipe Alberto demostró pasión en el terreno de juego. Salió al campo con una sola idea en mente, y en los pies: marcar el máximo número de goles, materializados en fondos y recursos a favor de la fundación benéfica infantil Amade, y contó en cada carrera, en cada pase y en cada regate con el incondicional apoyo de sus más fervientes fans: la princesa Charlene, rodeada de niños del Principado, la princesa Estefanía y sus hijas Paulina Ducruet y Camilla Gotllieb, que interrumpieron su retiro público por una buena causa. Y todas volvieron a aderezar con belleza y glamour la tradicional cita deportiva. El soberano luchó con todas sus ganas el partido, incluso demostró grandes habilidades futbolísticas, pese a que su adversario fue un rival duro de batir. También la princesa Alejandra, la hija pequeña de la princesa Carolina, dejó el pabellón alto en un encuentro infantil. El próximo año: la revancha.