Collares, telas, flores... La princesa Carolina, la mejor clienta de un rastrillo solidario en Mónaco
Acudió con su hermano, el príncipe Alberto, a la 75º edición del bazar que se celebra en la carpa de Fontvieille para recaudar fondos para la Obra de Sor María, asociación de la que es presidenta de honor
"Nuestro objetivo es ayudar a las personas mayores que más lo necesitan. Organizamos almuerzos, les ayudamos con las tareas del hogar, realizamos excursiones...", explicó la presidenta de L'oeuvre de Soeur Marie (La Obra de Sor María), Irène Faggionato, en la inauguración de la 75º edición del bazar solidario que organizan cada año en la carpa de Fontvieille para recaudar fondos para la asociación. "Al año ayudamos a más de 30 personas y, sobre todo, lo que queremos es que nunca les falte cariño, ternura y calor humano", añadió.
Precisamente, ayudar a los que más lo necesitan en estos tiempos difíciles es el objetivo que buscaba la princesa Carolina al acudir al rastrillo junto a su hermano, Alberto de Mónaco. Ropa, cremas, juguetes, plantas... La princesa visitó uno por uno los puestos y enamoró a todos con su cercanía y simpatía. Eso sí, como cualquier mujer coqueta, se paró más detenidamente en los que tenían bisutería y telas con originales estampados y diferentes colores. De hecho, la hermana del soberano monegasco quiso comprarse un collar en tonos dorados y plateados y no dudó en ponérselo ya que le combinaba a la perfección con su estilismo.
Fiel a su estilo, siempre elegante e impecable, la princesa Carolina eligió para esta jornada solidaria una blusa y pantalones negros que combinó con una chaqueta estilo tweed en tonos verdes y unos espectaculares pendientes con forma de corazón. Por su parte, Alberto de Mónaco, que dejó todo el protagonismo a su hermana, lució un traje gris y corbata rosa. Sin duda, el soberano echaría de menos a su esposa, la princesa Charlene, a la que vimos hace unos días repartiendo sonrisas e ilusión en Shanghái, donde visitió una escuela para niños discapacitados.
L'oeuvre de Soeur Marie fue creada por Doria Delmas, quien pertenecía a las Hijas de la Caridad de San Vincente de Paul. En el año 1925 llegó a Mónaco y fue destinada a la Casa Santa Devota, donde su principal objetivo era ayudar a los más necesitados, especialmente a las personas mayores. Diez años más tarde, Doria continúa incansable con su misión y decide crear una feria para recaudar fondos para poder continuar con su obra. Gracias a eso, podía dar ropa y alimentos a todas las personas que lo necesitaban. En el año 1960, L'oeuvre de Soeur Marie tuvo el privilegio de nombrar a la princesa Gracia presidenta de honor. La esposa del príncipe Raniero le dio un nuevo aire y se implicó personalmente con la causa, una función que actualmente desempeña su hija, la princesa Carolina.