Charlene de Mónaco: solidaridad en Shanghái
Ha vuelto a sacar a la princesa olímpica que lleva dentro durante su visita a una escuela para niños discapacitados en la ciudad china
La princesa Charlene sigue girando (por el mundo) como su pelota de baloncesto. Y es que después de derrochar glamour en su viaje relámpago a Australia, donde inauguró una exposición sobre Grace Kelly y fue recibida como una verdadera estrella de Hollywood por más de 700 ciudadanos, ha vuelto a sacar a la princesa olímpica que lleva dentro durante su visita a una escuela para niños discapacitados en la ciudad china de Shanghái.
Como embajadora mundial de las olimpiadas especiales, la sirena de Mónaco demostró a miles de kilómetros del principado que la piscina se le ha quedado pequeña y que ahora sus tiros están dirigidos a la canasta de los más necesitados. Derrochó simpatía, sonrisas, naturalidad y seguro que también compartió algún que otro consejo deportivo con los pequeños chinos, con los que se mostró muy cercana. Habló y jugó con ellos y se interesó también durante su visita por los distintos proyectos para potenciar su educación.
Como siempre, la princesa volvió a dar muestras de su elegancia con un conjunto pantalón y una original chaqueta capeada, y en esta ocasión además de su puntería, aunque contó con los pases de un gran maestro, el famoso jugador chino de la NBA de baloncesto, Yao Ming. Mates de solidaridad.