Un beso de la princesa Charlene, el regalo de su viaje a Australia
La esposa del príncipe Alberto de Mónaco inauguró una exposición sobre Grace Kelly y fue recibida como una verdadera estrella de Hollywood por más de 700 ciudadanos
Mientras el príncipe Alberto disfrutaba de un partido de fútbol del equipo AS Mónaco en el palco del estadio Louis II, su esposa cogía un avión para viajar a miles de kilómetros del Principado. La princesa Charlene llegó este fin de semana a Melbourne para inaugurar la exposición Grace Kelly: Icono de estilo, una muestra que recoge algunos de los diseños más espectaculares que la convirtieron en una de las mujeres con más glamour y más admiradas de todos los tiempos: el vestido que llevó en el año 1955 al recoger su Oscar a mejor actriz por su papel en La angustia de vivir, uno de los que lució en la película Alta sociedad... Además, la exposición hace un recorrido por la evolución de su estilo como princesa de Mónaco hasta llegar a los diseños de Alta Costura que lució en la década de los 60 y 70 de firmas tan prestigiosas como Dior, Balenciaga, Givenchy o Yves St Laurent.
Precisamente como si de una estrella de Hollywood se tratara, Charlene fue recibida en la ciudad de Bendigo, que se encuentra a aproximadamente 150 kilómetros de la capital, Melbourne, con una espectacular bienvenida en la que no faltaron las banderas, los flashes, las flores y los aplausos. Tal fue el caluroso recibimiento que la princesa se sobrecogió porque no esperaba tantas muestras de cariño. De hecho, y aunque en un principio su visita no se había anunciado con suficiente antelación, más de 700 personas se congregaron en los alrededores de la Bendigo Regional Gallery. Fotos y más fotos para inmortalizar este momento único en el que los ciudadanos, sobre todo los más pequeños, no podían creerse que estuvieran viendo a una princesa de carne y hueso. "Es muy guapa y muy dulce", decían con grandes sonrisas en sus rostros.
Radiante, con un vestido de color salmón con detalles plateados de pedrería, Charlene no dejó de darles las gracias por el sorprendente recibimiento y no quiso marcharse sin darles su regalo más personal, un beso que dio a uno de los niños que no pudo evitar la emoción del momento. ¿Le pediría que le diera un beso 'real' para ver si se convertía en un apuesto príncipe?
"La princesa Grace fue una princesa de cuento de hadas", aseguró Charlene durante su breve discurso en la exposición, organizada por el museo Victoria and Albert de Londres y el Foro Grimaldi, y que estará abierta al público hasta el próximo 17 de junio.
Tras su emocionante jornada, la princesa se acercó hasta el Centro de Deportes Acuáticos de Melbourne, donde se reencontró con antiguos compañeros como Sophie Edington y Jackson Craig. "No me lo puedo creer", exclamó la princesa al verles según recoge el diario australiano The Sunday Age. "Ha sido como volver a recordar aquellos tiempos en los que estaba aquí", aseguró Craig, nadador olímpico sudafricano que fue su entrenador. "La recuerdo con ocho o nueve años, cuando acababa de empezar. Era una persona con la que era muy fácil llevarse bien", añadió. Sin embargo, también reconoció que le resultaba extraño verla en su nuevo papel de primera dama: "Antes era una nadadora, pero ahora es una princesa. Cuando la he visto no sabía cómo dirigirme a ella o si tenía que hacer alguna reverencia", bromeó. Charlene de Mónaco deja huella y enamora allá por donde va.