La princesa Charlene, de compras en Milán
La labor de representación de una princesa exige un fondo de armario impecable. Tal vez el guardarropa de Charlene de Mónaco, que despliega elegancia tanto en sus apariciones públicas en el principado como en sus visitas oficiales al extranjero junto al soberano monegasco, haya sido el motivo que la haya llevado estos días hasta Milán, la meca de la moda italiana.
Detrás de los roperos de la realeza más codiciados, como el de la princesa Charlene, suele haber entretenidas jornadas de compras. Tampoco han faltado durante su estancia en la ciudad italiana: la esposa del príncipe Alberto apostó por la comodidad para su sesión de tiendas -un conjunto de abrigo y falda beis, que combinó con botas altas negras- y recorrió las firmas más exclusivas junto a una corte de guardaespaldas que velaron por su seguridad.
Otra vez el atuendo de la princesa dio pabilo a los rumores de embarazo, pero lo cierto es que sólo sus amplias prendas insinúan la visita de la cigüeña, por lo que tendremos que esperar la confirmación o el desmentido del tiempo.