Desde su boda con el príncipe Alberto de Mónaco, muy pocas han sido las apariciones públicas de la princesa Charlene y muchas menos en las que la hemos podido ver al lado de su marido. En esta ocasión, la hemos vuelto a ver sola, en la Semana de la Moda de París, donde estuvo en el “front row” del desfile de Akris, una de las marcas que podemos encontrar en su armario, de hecho, el vestido que llevó en la boda de los príncipes Guillermo y Catherine de Inglaterra era de la firma.
Como siempre, con una sonrisa enigmática, hizo su aparición en el palacio de Chaillot rodeada de flashes, con un vestido de color bronce y el pelo recogido en un moño y prestó atención a todos los diseños de esta colección de Akris, que hizo un guiño al Gran Premio de Fórmula 1 de Mónaco, una de las carreras que crea más expectación dentro del campeonato del mundo. Allí, habló con el diario Daily Telegraph, a los que concedió una entrevista, en la que, entre otras cosas, aprovechó para contar que no tiene pensado dedicarse al diseño de ropa, aunque aseguró que es exigente a la hora de elegir su vestuario. “No voy a diseñar ropa, pero sí sé lo que me gusta”. Desde que salió a la luz su relación con el príncipe, su estilo de vestir dio un pequeño cambio y ha explicado el motivo: “Hay ciertos protocolos y, obviamente, no puedo enseñar demasiado porque (Mónaco) es un país católico”. Respecto a si alguna vez la podríamos ver como a la princesa Catherine, por la calle de compras, Charlene fue precavida y sólo se limitó a decir: “No me gustaría compararme con ella”.
Después le preguntaron si ser princesa es un trabajo a tiempo completo y dijo sonriente: “Por supuesto”. Y añadió: “Creo que es lo que se esperaría de mí en un futuro cercano. Pero sólo me he tomado un descanso. Creo que, como todo el mundo, necesito un tiempo para acostumbrarme. Me acabo de casar”.
También contó que se está preparando a conciencia para su nuevo papel de princesa y entre otras cosas, está estudiando francés y lo va aprendiendo “paso a paso”. Después, excusó los nervios que estaba teniendo durante la entrevista: “Sinceramente, no quiero ser demasiado cortante. Pero realmente, la prensa no ha sido demasiado buena con nosotros en el pasado. Esto empezó antes de la boda y los rumores vinieron de los medios británicos. Yo sólo me preguntaba: ‘¿Por qué?’. Así que ahora estoy hablando con el enemigo”, terminaba bromeando. Poco después de regresar de su luna de miel, Alberto II y la princesa Charlene tuvieron que salir a desmentir todo lo que se estaba diciendo sobre su matrimonio. Desde entonces, pocas veces les hemos visto juntos, la última de ellas en el tradicional picnic que se celebra cada año en Mónaco, mientras que Alberto ha asistido en solitario o acompañado por sus hermanas a diferentes actos públicos.
Sobre el giro que ha dado su vida, asegura que terminará llevando una vida normal, aunque sea princesa, pero que necesita tiempo para habituarse a su nueva situación: “Creo que para todo el mundo que vive en un país nuevo y se tiene que adaptar a un nuevo estilo de vida, es algo muy diferente. Yo era nadadora olímpica, vivía en una piscina y estaba siempre compitiendo”.