La familia Grimaldi ha acudido un año más a los jardines de María Antonieta para celebrar el tradicional picnic de Mónaco, una fiesta reservada exclusivamente para los monegascos. Sin embargo, y a pesar de que este año todas las miradas iban a estar puestas en la princesa Charlene por ser la primera ocasión a la que asistía como esposa de Alberto de Mónaco, fue la princesa Carolina y sus hijos, Andrea Casiraghi y Alejandra de Hannover, los que se convirtieron en los protagonistas de la señalada fiesta.
La hermana del soberano monegasco lució un nuevo y juvenil 'look', con la melena más corta y flequillo, y un estilismo a la última perfecto para un día de campo. Y es que si hace unos días nos sorprendía con el original estilismo de inspiración japonesa que llevó en el homenaje que la firma Montblanc rindió a su madre, la princesa Gracia, en esta ocasión Carolina apostó por una de las tendencias de esta temporada, la falda larga, que combinó con una blusa blanca y originales sandalias. Su hija Alejandra, que parece haber heredado el gusto a la hora de vestir de su madre, escogió también el blanco y lució un vestido y chaqueta de manga corta con bailarinas plateadas. El más formal fue sin duda Andrea, con un traje de chaqueta gris, corbata y mocasines de ante de color azul.
Eran muchos los que esperaban con emoción la llegada de la primera dama de Mónaco y es que desde que pronunció el 'sí, quiero' el pasado mes de julio, Charlene no ha dejado de acaparar las miradas de los que ven en ella a la digna sucesora de Grace Kelly. Fiel a su estilo sobrio y elegante, la princesa apostó de nuevo por el traje de chaqueta y el pelo recogido en un sencillo moño con volumen. Por su parte, el príncipe Alberto decidió no llevar el tradicional traje de la fiesta del picnic, chaleco en tonos verdes y corbata y fajín rojos, y prefirió llevar traje oscuro. Como detalle, el soberano llevó una corbata de color roja con un bordado muy significativo: la imagen de Francisco Grimaldi, quien disfrazado de fraile conquistó en 1297 el Principado acompañado por sus hombres de confianza. Durante esta jornada de campo, los príncipes, Carolina y sus hijos, aprovecharon para pasear por los jardines y disfrutar de los bailes tradicionales en un día muy especial para la familia, ya que desde que se convirtió en soberano del Principado, Alberto ha tratado de conservar la mayoría de las costumbres que su padre llevó a cabo durante toda su vida.
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