Tras la intensa boda de su tío Alberto de Mónaco y la princesa Charlene, Andrea y Pierre Casiraghi han buscado la tranquilidad en las aguas de Saint-Tropez, uno de los centros turísticos más importantes de la Costa Azul, y al que suelen asistir cada año.
El hijo mayor de la princesa Carolina, que no contaba en esta ocasión con la compañía de su novia, Tatiana Santo Domingo, se convirtió en el gran protagonista del día con su aspecto cuidadosamente desaliñado y ese aire bohemio que le rodea. Con un bañador de mil colores y una camisa de rayas azules y blancas, Andrea demostró ser todo un “padrazo” con la hija de unos amigos y un gran amante de los animales con su pequeña cría de bulldog francés.
Por su parte, el pequeño de los Casiraghi compartió esta jornada en alta mar con su novia, la bella Beatrice Borromeo, que deslumbró en el enlace de Alberto y Charlene con un diseño de encaje realzado con cristal, que combinaba con tocado floral de tul en tono celeste, medias de rejilla y sandalias a juego. Para navegar en un impresionante yate, propiedad de la princesa Carolina, optó por un veraniego vestido blanco y su novio, por un pantalón largo negro y camisa blanca.
Para Andrea, éstas son sus segundas vacaciones ya que a principios de junio celebró su 27 cumpleaños en Ibiza junto a sus amigos y Tatiana Santo Domingo. A quien no hemos visto aún por Saint-Tropez ha sido a Carlota con su novio, Alex Dellal, una de las parejas más atractivas del enlace de Alberto y Charlene de Mónaco.
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