Apenas falta una semana para que Alberto de Mónaco y Charlene Wittstock se den el “sí, quiero” y sus rostros son la viva imagen de la felicidad. De la mano y muy sonrientes, los próximos novios reales asistieron a la misa y posterior procesión por la festividad de San Juan que se celebró ayer en el Principado. Para la ocasión, la futura soberana de los monegascos eligió un elegante vestido negro, un color que contrastará con el blanco de su traje de novia, con el que estaba sencillamente perfecta.
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Poco a poco se van revelando más detalles de su inminente enlace. Ayer, por ejemplo, se añadían a la lista de invitados el rey Alberto de Bélgica, José Manuel Durao Barroso, presidente de la Comisión Europea, Bernard Arnault, dueño del imperio LVMH (Louis Vuitton y Moët Hennessy), Bertrand Piccard, astronauta suizo, y Christian Wulff, presidente de la República Federal de Alemania.
Además, Mónaco ya está completamente preparado para albergar las celebraciones nupciales que comenzarán el jueves 30 con una recepción para los periodistas en la playa del Hotel Méridien de Mónaco y que concluirán el sábado 2 de julio con un espectáculo de fuegos artificiales en honor a los recién casados. En las calles ondea la bandera del Principado y los monumentos más emblemáticos están adornados con sumo gusto. La iluminación del Casino de Montecarlo y de la Ópera de Garnier es espectacular y en el Palacio Grimaldi, donde los novios reales se darán el “sí, quiero”, se están instalando las pantallas gigantes a través de las cuales los monegascos serán testigos de su unión.
Y mientras Alberto y Charlene continúan con sus actos oficiales, la princesa Carolina y sus dos hijas, Carlota y Alejandra, presidieron la entrega de premios de la primera jornada del Concurso Internacional de Hípica de Montecarlo. Una vez más, la bella Carlota dio una lección de estilo con un pantalón de talle alto verde y una sencilla camiseta blanca de escote en pico. Completó su ‘look’ con unas sandalias de altísimo tacón, recogió su pelo en una coleta alta y lució unos originales pendientes.
Por su parte, Carolina vistió un elegante conjunto en blanco y negro y la pequeña Alejandra, muy unida a su madre y a su hermana, estaba muy divertida con sus dos coletas y un vestido lleno de color. Por la mañana, Carlota participó a lomos de su caballo en el concurso y tras la competición disfrutó de un agradable almuerzo con su madre en el que demostraron la magnífica relación que las une.