Alberto de Mónaco y Charlene Wittstock reaparecen ajenos a los rumores de crisis en los Juegos Olímpicos de Invierno de Vancouver

Se caen los rumores que aseguraban hace unas semanas crisis, tensiones y problemas entre Alberto de Mónaco y Charlene Wittstock. Se tambalean tras una nueva aparición conjunta de la pareja con motivo de los Juegos Olímpicos de Invierno de Vancouver junto a otros representantes de la realeza como los Príncipes de Dinamarca, los Príncipes de Orange con sus hijas, Haakon de Noruega... Una ocasión que les ha devuelto a la palestra nada más y nada menos que por San Valentín y en el mismo marco donde decidieron dar a conocer su relación allá en 2006 en los JJ. OO. de Turín. Un desmentido sin comunicado.

Los comentarios acerca de su distanciamiento se sostenían principalmente en las contadísimas apariciones en público de la pareja durante los últimos meses. La última de ellas había sido hace un mes en el Festival Internacional de Circo de Montecarlo y la anterior, antes de finalizar el año, en el tradicional y gélido baño navideño organizado por la Asociación TATSA, a favor de las víctimas del Tsunami de 2004.

El otro pilar de los rumores eran las últimas informaciones de Point de Vue. Señalaba semanas atrás que el Soberano monegasco y la nadadora sudafricana estaban atravesando una "crisis”. Se hablaba de “tensiones” y “problemas” que, al parecer, agudizaba más el hecho de que Alexandre, el hijo que tuvo el príncipe Alberto con la ex azafata de vuelo Nicole Costa, se encontrara estos días cerca del Principado, hasta el punto, según fuentes de la publicación francesa, de que Charlene ya no residiría en el Palacio Grimaldi -concretamente en las habitaciones que pertenecieron a la princesa Estefanía-, sino “un poco más lejos”. La hipótesis de una ruptura próxima se planteaba cada vez con más insistencia hasta que la pareja ha vuelto a romper esquemas con una nueva salida juntos.

Y vuelta a empezar: de los rumores de crisis de días pasados otra vez a las incógnitas de cuándo podría anunciarse el esperado compromiso.