No se han dejado caer por el Festival Internacional de Circo de Montecarlo apenas ninguno de los rostros reales habituales, esto es, la princesa Carolina y sus hijos –Andrea, Carlota y Pierre Casiraghi y la princesa Alejandra-, pero, a cambio, la célebre carpa ha permitido ver a la parte de la familia Grimaldi que menos se prodiga en público, a los hijos de la princesa Estefanía, ausentes habitualmente de los acontecimientos palaciegos. Si el pasado viernes la Princesa llegó a las instalaciones circenses acompañada de su hija mayor Paulina, convertida en toda una belleza, este fin de semana ha asistido también junto a la menor, Camila, de once años, fruto de su relación con Jean Raymond Gottlieb.
Las 'minis' se quedan en palacio
Madre e hijas se han sumado a la lista de Princesas que acortan sus conjuntos según las tendencias de moda e irrumpieron en el Festival de Circo luciendo la minifalda como prenda estrella. La princesa Estefanía y Paulina apostaron por un look de rompe y rasga con faldas cortas tipo tubo y la pequeña se decantó por uno más inocente con una de color rosa con volantitos. La mini seduce en palacio y tiene por el momento larga vida.
Las tres compartieron velada con gigantes, acróbatas y payasos; disfrutaron una vez más como niñas y, al término de la función, posaron, como siempre, con todo el grupo de artistas. La Princesa, presidenta honorífica del certamen circense y una de las más entusiastas admiradoras del circo, siempre ha sabido inculcar su gran afición por este espectáculo a sus tres hijos -Luis, Paulina y Camila. Su aprecio por el mundo del circo caló especialmente hondo en Paulina, que llegó a hacer sus pinitos como artista con un arriesgado número de doma de elefantes, cuando la Princesa mantenía en 2001 una relación sentimental con Franco Knie, domador y director del famoso circo suizo que lleva su nombre. Pero también en Camila, como hemos tenido oportunidad de comprobar en esta edición.