Máxima expectación había suscitado la comparecencia de hoy de Carolina de Mónaco en defensa de su esposo, Ernesto de Hannover, en el nuevo juicio celebrado en Alemania por la agresión del Príncipe al propietario de una discoteca de Kenia durante unas vacaciones del matrimonio en la isla de Lamu hace diez años. Y es que si la vista se preveía per se mediática, mucho más aún a causa de los rumores de crisis de la pareja que comenzaron a circular el pasado verano y, especialmente, desde las tórridas fotografías del Príncipe con una desconocida en el balneario de Phuket en Tailandia.
¿Testificará finalmente? Era la pregunta más repetida a las puertas de la Audiencia de Hildesheim (centro de Alemania). Cabía la posibilidad de que la princesa Carolina decidiera en el último momento no presentarse por el nuevo giro de los acontecimientos, aunque había dado su palabra. Confirmó por escrito que estaba realmente dispuesta a declarar siempre que se le garantizara una distancia de seguridad con los medios de comunicación de tres metros, en la sala, y veinte, fuera. 'Sí, vendrá. Está así acordado con el Principado de Mónaco', afirmó el portavoz de la cámara, Bernd Pingel. Cumplió para contento de muchos, principalmente del principal implicado.
La declaración de la Princesa era fundamental para desmontar la versión de los hechos del propietario del club, Josef Brunlehner, que acusa a Ernesto de Hannover de haberle propinado en el año 2000 una soberana paliza con un puño de hierro y borracho -las imágenes de Brunlehner ensangrentado en un hospital de Mombasa dieron la vuelta al mundo-, y concluir que simplemente le dio un par de bofetadas. "Le dio dos guantazos, y le dijo: ‘Uno por la música, el otro por las luces", ha testificado la Princesa sustentando la confesión de su marido, ausente en la vista como se esperaba.
La última fotografía de ellos juntos se remonta al pasado verano. El distanciamiento de la pareja a lo largo de los últimos meses y las imágenes del Príncipe de Hannover con otra mujer, mientras Carolina de Mónaco se encontraba esquiando con sus cuatro hijos en la estación suiza de Crans Montana, han acentuado los rumores de ruptura. Lo que no quita que se apoyen en los momentos difíciles.