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Sin rastro del príncipe Ernesto hasta esta misma semana. Desapareció de la vida pública tras los primeros rumores de separación. Hace ya tres meses. Se había visto juntos a los Hannover por última vez el pasado 20 de julio en Bonifacio (Córcega) con motivo del cumpleaños de su hija en común, la princesa Alejandra, y, desde entonces, han estado haciendo vidas separadas: la princesa Carolina ha establecido su residencia nuevamente en el Principado de Mónaco, donde logrado cierta normalidad, mientras el príncipe Ernesto permanece en el hogar familiar en Fontainebleu (cerca de París).
Si bien en estos meses de especulaciones la Princesa ha dado la cara en distintos compromisos oficiales -el trabajo parece haberse convertido en una buenísima válvula de escape de las preocupaciones- y algunas salidas privadas con sus hijos, su esposo no ha dado señales de vida y ha permanecido desde el pasado septiembre a la sombra de su habitualmente apretada agenda social. El desmentido oficial de su separación ha contrastado en todo este tiempo con la confirmación de las ausencias del Príncipe, la última destacada en los tradicionales actos conmemorativos de la Fiesta Nacional de Mónaco. Hasta hoy: Ernesto de Hannover ha reaparecido, ajeno a los rumores de crisis, sonriente, relajado y feliz en un acto público en Viena.
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