Desde que saltó ayer la noticia del distanciamiento de los Príncipes de Hannover, las conjeturas sobre el estado real de su relación se han disparado en los medios de comunicación. Las últimas informaciones mantienen que hacen vidas separadas desde hace ya algún tiempo y apuntan a que la princesa Carolina ha abandonado el hogar conyugal en Fontainebleau, cerca de París, donde el príncipe Ernesto permanece, y que se ha mudado a Mónaco, donde fue vista el pasado miércoles escolarizando a su hija pequeña.
El hecho de que la princesa Carolina haya matriculado a la princesa Alejandra, de diez años, en una escuela en el Principado, L'Ecole de la Condamine, sugiere que no tiene planes -al menos inmediatos- de regresar a la residencia en la que convivía el matrimonio Hannover en Fontainbleau. Todos coinciden en que la Princesa tiene pensado instalarse una vez más en Clos St Pierre, la casa de campo que posee en Mónaco, aunque también podría hacerlo en La Vigie, el espectacular edificio neopalatino de finales del siglo XIX cercano al palacio Grimaldi, que albergó en 2004 la fiesta del 18º cumpleaños de su hija mayor, Carlota Casiraghi, y en la que Charlene Wittstock, la novia del príncipe Alberto, ha estado viviendo hasta abril de 2008.