Reliquias familiares de los Hannover alcanzan los 44 millones de euros en una subasta
La subasta de las reliquias familiares que los Hannover sacaron a la venta la semana pasada en el palacio de Marienburg ha resultado ser un rotundo éxito. Y es que la Casa Real de Hannover, cuya cabeza es actualmente el príncipe Ernesto, esposo de la princesa Carolina de Mónaco, ha ganado unos 44 millones de euros con la venta de parte de su patrimonio artístico, según anunció ayer, domingo, una portavoz de la casa Sotheby's, organizadora de la mayor puja de objetos de arte de la aristocracia europea.
Una cifra muy superior a las primeras previsiones -una recaudación de 12 millones de euros- y expectativas de esta subasta, que citó a numerosos coleccionistas y pesonalidades de la alta sociedad alemana e inglesa -al fin y al cabo, los güelfos fueron también Reyes de Inglaterra entre 1714 y 1837 (desde Jorge I hasta Jorge IV)-. Pero no todo han sido parabienes en esta iniciativa. Ni mucho menos. La subasta no ha estado exenta de polémica a lo largo de los diez días de su celebración. No en vano, ha suscitado también fuertes críticas por parte de directores de museos, historiadores del arte y otros expertos, así como de algunos familiares del [príncipe Ernesto].
Desencuentros familiares
El príncipe Enrique, hermano menor de Ernesto de Hannover, condenó en un programa de televisión la decisión de su hermano mayor de subastar las propiedades familiares por su falta de sensibilidad: "Me quedo sin habla, mi hermano no ha entendido lo que es la tradición", dijo el príncipe Enrique, que calificó, asimismo, la puja de "liquidación total". Por otro lado, los hijos de Ernesto de Hannover, que se han encargado de la organización de la subasta, aseguran que no se ha vendido "nada del patrimonio de Marienburg", tan sólo algunos objetos almacenados en los sótanos, "armas, pinturas y muebles ni usados ya, ni de cuya existencia se sabía demasiado", declaró el asesor de los chicos, el conde Christoph Graf Douglas.
Entre los 20.000 piezas únicas que se subastaron en el castillo de Marienburg había cuadros, armas antiguas, armaduras, relojes, porcelanas, objetos de plata, mantelerías y muebles antiguos entre los siglos XVI y XIX. El objeto con más ofertas fue el tríptico de un discípulo de Lucas Cranach. Alcanzó los 219.000 euros y fue arrebatado por un noruego, cuando el resto de pujadores claudicaron ante el elevado precio. En el otro extremo, el aficionado Dirk Stefanski se felicitaba tras conseguir su daga teutona, que no alcanzó los 700 euros de salida.
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Una cifra muy superior a las primeras previsiones -una recaudación de 12 millones de euros- y expectativas de esta subasta, que citó a numerosos coleccionistas y pesonalidades de la alta sociedad alemana e inglesa -al fin y al cabo, los güelfos fueron también Reyes de Inglaterra entre 1714 y 1837 (desde Jorge I hasta Jorge IV)-. Pero no todo han sido parabienes en esta iniciativa. Ni mucho menos. La subasta no ha estado exenta de polémica a lo largo de los diez días de su celebración. No en vano, ha suscitado también fuertes críticas por parte de directores de museos, historiadores del arte y otros expertos, así como de algunos familiares del [príncipe Ernesto].
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Entre los 20.000 piezas únicas que se subastaron en el castillo de Marienburg había cuadros, armas antiguas, armaduras, relojes, porcelanas, objetos de plata, mantelerías y muebles antiguos entre los siglos XVI y XIX. El objeto con más ofertas fue el tríptico de un discípulo de Lucas Cranach. Alcanzó los 219.000 euros y fue arrebatado por un noruego, cuando el resto de pujadores claudicaron ante el elevado precio. En el otro extremo, el aficionado Dirk Stefanski se felicitaba tras conseguir su daga teutona, que no alcanzó los 700 euros de salida.