Emblemática posesión de la Casa Real de Hannover, situado a 20 kilómetros de la capital de la Baja Sajonia, Hannover, (una ciudad pequeña, de 600.000 habitantes) desde 1945. Situado sobre una colina poblada de bosques, en el valle del Leine es la cuna de la familia de Ernesto de Hannover, esposo de la princesa Carolina, y jefe de una de las estirpes más antiguas del mundo.
El castillo fue construido, entre 1858 y 1867, por Jorge V, el último rey de Hannover, como regalo a su esposa y está impregnada su arquitectura con la huella de la época de los Güelfos, que fueron duques de Baviera y verdaderos antepasados de la dinastía.
Este impresionante edifico, de 600 habitaciones, en el que destacan la biblioteca y el gran corredor abovedado, con armaduras de todas las épocas, permanece abierto al público y no fue habitado jamás ni por Ernesto ni por sus padres; Ernesto augusto IV (hermano de la Reina Federica) y la princesa Ortrud.
En 1998, un año después de aparecer por primera vez en público (Versalles 1997), y meses antes de contraer matrimonio, Carolina visitó, por primera vez, el castillo de Marienburg. Junto al príncipe Ernst recibió, en el salón principal, al equipo del Club de Motociclismo Welfen Chapter Braunsschweig, debutando, entonces, oficialmente, como princesa de Hannover