La Vigie, Mónaco
La Vigie es un espectacular edificio neopalatino de finales del siglo XIX, de paredes blancas, construido por un arquitecto inglés sobre un elevado acantilado desde cuyas ventanas puede verse el golfo de Mónaco.... Está considerada como una de las villas más bellas de Montecarlo y dispone de tres plantas divididas en 15 habitaciones, una inmensa terraza que se funde con el mar, un frondoso jardín, y embarcadero propio.
Situada justo enfrente al palacio donde vivió siempre Carolina, -evoca a la riviera de antaño- perteneció esta residencia, en el pasado, al diseñador Karl Lagerfeld quien la restauró -estaba en ruinas- y la decoró con piezas antiguas de gran valor. "Era una ruina, una hermosa ruina -decía Lagerfeld- que yo observaba desde la costa".
Buscando un hogar
Los Príncipes de Hannover no quisieron dejarla escapar y, a pesar de contar con el palacete de Clos-Saint Pierre- se la compraron a su gran amigo Lagerfeld quien, no obstante, subastó toda su colección de muebles. Quizá para emprender una nueva vida lejos del viejo palacete que tantos recuerdos trae a Carolina, quizá porque era una oportunidad única; quizá porque les hacía gran ilusión construir juntos -buscando mobiliario y objetos para decorarla por todos los anticuarios de París- un hogar de verdad, sin pasado.
Nunca se han publicado las razones por las que decidieron adquirirla, pero el caso es que la compraron tan sólo unos meses antes de contraer matrimonio y que, desde entonces, la mansión ha dejado de ser escenario de grandes fiestas.
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Buscando un hogar
Los Príncipes de Hannover no quisieron dejarla escapar y, a pesar de contar con el palacete de Clos-Saint Pierre- se la compraron a su gran amigo Lagerfeld quien, no obstante, subastó toda su colección de muebles. Quizá para emprender una nueva vida lejos del viejo palacete que tantos recuerdos trae a Carolina, quizá porque era una oportunidad única; quizá porque les hacía gran ilusión construir juntos -buscando mobiliario y objetos para decorarla por todos los anticuarios de París- un hogar de verdad, sin pasado.
Nunca se han publicado las razones por las que decidieron adquirirla, pero el caso es que la compraron tan sólo unos meses antes de contraer matrimonio y que, desde entonces, la mansión ha dejado de ser escenario de grandes fiestas.