Los novios de Luxemburgo se sinceran escasas horas antes de que se celebre su boda -civil el martes en Alemania y religiosa el sábado en la Provenza francesa- y conceden una entrevista a uno de los medios de comunicación más importantes de Luxemburgo, Wort, de la que hoy se hacen eco el resto de publicaciones y las cabeceras de los telediarios del pequeño estado europeo. ¿Cuándo, dónde y cómo se conocieron? ¿Qué han preparado para su enlace? ¿Qué harán una vez se hayan casado? La pareja responde.
Mañana se darán su primer sí, quiero en una íntima ceremonia con la que sellarán su larga historia de amor: “Nos conocimos en 2001 en Suiza, en el internado internacional Beau Soleil de Villars-sur-Ollon. Allí nos veíamos diariamente mientras estudiábamos. Con el paso del tiempo nos hicimos muy amigos. Esa amistad es el origen y el fundamento de nuestro amor”, ha declarado el príncipe Félix.
El final feliz tendrá un doble marco de celebración. Han decidido casarse en dos países distintos, primero en Alemania, tierra de la novia, y después en Francia. El príncipe Félix apunta el principal motivo de esta decisión: “La tradición dicta que la ceremonia de esponsales se celebre en el país de la novia. Queríamos mantener esa tradición, como forma de respeto a la familia de mi prometida. Además, la historia de Königstein está muy relacionada con mi familia, por lo que el hecho de que nos casemos allí también supone un bonito simbolismo”.
La novia se encarga de explicar por qué se decantaron por la Provenza francesa como segundo escenario nupcial: “Tanto mi novio como yo hemos pasado fantásticas vacaciones juntos en la propiedad de mis padres en Lorgues y en la de mis futuros suegros, en Cabasson, a veces con nuestras familias, otras en compañía de nuestros amigos. La idea de casarnos en la Provenza francesa en realidad fue algo espontáneo. Queríamos rememorar esos momentos maravillosos con nuestros seres queridos”.
"Viviremos en el Sur de Francia"
Poco más quieren desvelar de su gran día, y mucho menos aún de su luna de miel: "Esperamos 370 invitados. Nos iremos de viaje de novios el día después de la boda. Me he encargado personalmente de todos los detalles. Sin embargo, en mi familia es tradición no desvelar el destino de los viajes de luna de miel por lo que entenderá que no revele nada más sobre este particular", declara el príncipe Félix.
Los planes de la pareja para el futuro no cambiarán radicalmente su presente. Por un lado el Príncipe, que acaba de terminar sus estudios universitarios obteniendo un máster en bioética, ha confesado que, tras el enlace, "comenzará a trabajar para mantener a mi futura familia"; por otro, la futura princesa revela que se establecerán en Francia: "Hemos decidido instalarnos en el Sur de Francia y explotar un viñedo familiar, aunque yo seguiré con mi trabajo habitual". Mañana, en cualquier caso, será el comienzo de una nueva vida juntos.