Prueba superada: el príncipe Hans-Adam II mantiene el derecho de veto por una amplia mayoría del 76,1 por ciento de los ciudadanos de Liechtenstein que votaron en referéndum la posibilidad de retirar al monarca dicha potestad.
La iniciativa popular Sí, porque tu voz cuenta, lanzada por miembros del Partido por la Democracia de Liechtenstein, pretendía que las decisiones tomadas en referéndum una a dos veces por año quedaran fuera del control del soberano. Con una participación de casi el 83 por ciento, la propuesta fue ampliamente rechazada, a pesar de que de haber sido aceptada, el Príncipe hubiera mantenido su prerrogativa de vetar las decisiones del Parlamento.
El debate sobre el derecho a veto del príncipe Hans-Adam II surgió el año pasado en el marco de la votación sobre la despenalización el aborto, cuando el monarca anunció que vetaría el resultado si se aprobaba la petición de que cada mujer pudiera decidir sobre su propia reproducción. La iniciativa fue finalmente desestimada en las urnas.
Los difíciles tiempos de hoy obligan y, al dictado de las actuales exigencias de transparencia, de austeridad y de modernización, una Casa Real tras otra ha respondido con cambios, recortes y más reformas: España, Reino Unido, Bélgica, Holanda y Luxemburgo han sido las primeras, mientras la escandinavas (Noruega, Suecia y Dinamarca) apuran la bonanza. Pero el Principado de Liechtenstein ha salido reforzado del debate.