Nuevo susto para la reina Isabel II de Inglaterra. Este jueves por la tarde, su marido, el duque de Edimburgo, se ha visto involucrado en un accidente de tráfico cerca de la residencia de Sandringham, en la que la Monarca suele disfrutar de gran parte del invierno, incluidas las fiestas navideñas. Tal y como ha hecho público el Palacio de Buckingham a través de un breve comunicado, Felipe de Edimburgo no ha resultado herido en el siniestro, aunque sí se ha requerido posteriormente a la policía local en el lugar del accidente.
"El duque de Edimburgo estuvo involucrado en un accidente de tráfico con otro vehículo esta tarde. El duque no resultó herido. El accidente tuvo lugar cerca de la finca de Sandringham. La policía local asistió a la escena", reza el breve mensaje difundido por la Casa Real británica hace apenas unos minutos. Tal y como ha revelado el corresponsal real de la BBC, Nicholas Witchell, un testigo ha explicado que ayudaron al duque a salir del vehículo. "Estaba consciente, pero muy sorprendido y conmocionado", ha apuntado.
Tras el choque, un doctor visitó al Duque por precaución y confirmó que no estaba herido y que se encontraba en perfecto estado. Ejemplo de que el accidente pudo ser mucho más grave de lo que finalmente ha sido es el estado en el que quedaron los vehículos, con las lunas delanteras rotas y otras piezas de los coches arrancadas, tal y como se puede ver en la imagen.
A sus 97 años, Felipe de Edimburgo continúa haciendo una vida relativamente normal. Aunque se retiró de la vida pública en otoño de 2017, lo cierto es que se ha dejado ver en algunos acontecimientos familiares como la boda de su nieto, el príncipe Harry, con Meghan Markle, el 19 de mayo de 2018 en la capilla de San Jorge del Castillo de Windsor. También posó para las imágenes oficiales con motivo del enlace de otra de sus nietas, Eugenia de York, con Jack Brooksbank, limando así asperezas con su nuera Sarah Ferguson.
En los últimos tiempos, la hasta ahora férrea salud del marido de la reina de Inglaterra se ha visto algo deteriorada. En marzo del año pasado se vio obligado a retirarse de un acto público por enfermedad y, un mes después, se sometió a una intervención quirúrgica de cadera, de la que se recuperó satisfactoriamente. En varias ocasiones ha tenido que ser hospitalizado y en las últimas semanas había reducido considerablemente sus apariciones familiares. De hecho, no acudió al tradicional servicio religioso de Navidad en la iglesia de Santa María Magdalena de Sandringham.