Cressida Bonas y Diana de Gales, dos mujeres y una pasión
La exnovia del Príncipe Harry de Inglaterra ha demostrado su don para la danza, una pasión con la que fallecida Princesa impresionó al mundo
Descalza, sube unos peldaños con soltura, convirtiendo unos tímidos primeros pasos en un gran baile. Cressida Bonas ha dado muestras de ser una gran bailarina en la última campaña de Mulberry. Sus movimientos, sus interminables piernas y su gracia traen a la memoria recuerdos del pasado. La ex del príncipe Harry tiene un don para la danza, un don con el que la princesa Diana de Gales también fue bendecida.
Igual que Cressida –que estudió danza en la Universidad de Leeds y continúo en el Conservatorio de Música y Baile The Trinity Laban en Greenwich- Lady Di era una apasionada de este arte. Le encantaba bailar y lo hacía con frecuencia, por los pasillos del Palacio de Kensington o por el de Buckingham. Con sus hijos, con el príncipe Carlos de Inglaterra e incluso con John Travolta, con el que coincidió en una cena de gala celebrada en la Casa Blanca en 1985.
Si ahora lo más comentado es el baile de Cressida Bonas, a Diana su gran momento le llegó durante la Navidad de 1985. Tras prepararse en secreto, la madre de los príncipes Guillermo y Harry se subió al escenario en del Royal Opera House de Londres para dejar a los presentes atónitos -entre ellos al príncipe Carlos, que no podía parar de aplaudir- con un baile lleno de acrobacias.
Los tres minutos de danza de la entonces mujer del Príncipe Heredero al trono de Inglaterra -junto al afamado bailarín Wayne Sleep y a ritmo de Billy Joël- dieron la vuelta al mundo y la revista ¡HOLA! lo llevó a portada para sus lectores en enero de 1986. Así se cumplía el sueño de Diana de debutar en un teatro, algo que imaginaba desde que con siete años comenzó con las clases de ballet en el colegio Silfield, de Nortfolk.
Mientras Cressida ha apostado por compaginar la danza con su carrera de actriz, Diana, desde su posición se convirtió en una generosa mecenas del baile. La Princesa asistía con frecuencia a las representaciones de ballet, se preocupaba por las lesiones de los bailarines, era una de las patrocinadoras del English National Ballet y una asidua de los acontecimientos musicales del Royal Albert Hall.
“En mi vida normal la timidez me paraliza pero cuando estoy actuando me siento libre”, esta frase –recientemente dicha por Cressida Bonas- bien podía haber salido de los labios de Diana, durante esa época en la que le costaba mantener la mirada cuando se exponía ante los focos, y es que en poco tiempo la Princesa cambió el jardín de infancia en el que trabajaba –donde, entre otras cosas, impartía clases de baile- por el papel de futura Reina de Inglaterra.
Con esfuerzo Diana logró vencer esa timidez para dedicar su vida a los más necesitados y así convertirse en eterna mucho antes de su trágica muerte el 31 de agosto de 1997, Cressida -con 25 años y una carrera prometedora por delante- centra todas las miradas, ya sea en su papel de bailarina, de actriz o de it girl.
Si Diana –que el próximo mes de julio habría cumplido los cincuenta y cuatro años- conquistó en un tiempo récord el corazón del mundo con su sencillez, espontaneidad y cercanía, Cressida Bonas ocupó durante dos años el corazón del Príncipe Harry, uno de los ‘hombres’ a los que más amó la Princesa.