El príncipe Harry de Inglaterra se encuentra actualmente inmerso en una gira por Latinoamérica que incluye Brasil y Chile para "apoyar los intereses del Reino Unido en la región", tal y como explicó la Embajada británica. A lo largo de este viaje, el Príncipe está viviendo todo tipo de experiencias. Algunas están logrando sacar su sonrisa, otras, su lado más solidario. Pero sin lugar a dudas, el momento más emotivo para Harry tuvo lugar en su visita a la brasileña localidad de Diadema, donde conoció a unos niños que, al igual que él, perdieron a su madre a una edad temprana.
En la tercera jornada de su viaje por Brasil, el príncipe Harry visitó uno de los barrios más pobres de la zona, como parte de un proyecto solidario de la fundación ACER (Asociación de Apoyo a los Niños en Riesgo). Allí conoció a algunos jóvenes huérfanos cuyas familias habían fallecido siendo ellos pequeños. El Príncipe no pudo evitar conmoverse al escuchar a los niños, que le hicieron recordar la pérdida de su madre al compartir sus historias.
Los relatos de los pequeños consiguieron emocionar a Harry, tal y como contaba en la posterior fiesta en honor a la reina Isabel en declaraciones que recoge la publicación Daily Mail: "Algunas de las historias de los niños en Diadema me han hecho llegar a las lágrimas", afirmó el Príncipe. “Me sentí completamente abrumado, en shock. Nunca he llorado en público que yo recuerde, pero estuve a punto. Fue increíble escuchar esas historias”, añadió.
El príncipe Harry tenía sólo 12 años cuando un accidente de tráfico en París acabó con la vida de su madre, la princesa Diana, una tragedia de la que el Príncipe normalmente evita hablar. Sin embargo, las impactantes vivencias de los niños brasileños le hicieron sentirse identificado y recordar todo lo sucedido. “La valentía en sus miradas, al sonreírme… quise usar mis propias experiencias para, de alguna manera, tratar de hacerles entender que yo entendía lo que estaban pasando”, explicó, agregando además que su propio sufrimiento no era "nada" comparado con las experiencias que habían vivido los niños.
Harry, cuyos ojos se enrojecían mientras contaba su vsita a Diadema, se mostró optimista con respecto al futuro de los jóvenes brasileños que había conocido: "Las sonrisas en sus rostros muestran el impacto positivo que su comunidad está teniendo en ellos y el éxito de Acer", afirmó. El Príncipe quiso poner también su granito de arena en esa sonrisa no sólo escuchando sus historias, sino también jugando con ellos y logrando que todos se divirtieran con él.
Y es que no hay duda de que el hijo del príncipe Carlos es un experto en hacer sonreír a los más pequeños. Este viernes, ya en Chile, visitó una guardería para niños indígenas en la capital, disfrutando tanto como ellos al participar en sus juegos y actividades. Parece que el Príncipe ha heredado de su madre el gran amor por los niños.