Cressida Bonas ha dejado su carrera como bailarina por un trabajo de oficina en una prestigiosa firma de Londres. Una decisión que para algunos apunta a que su relación con el príncipe Harry estaría más consolidada y, para los más románticos y arriesgados, que incluso podrían tener planes de boda.
Cressida, que estudió danza en la Universidad de Leeds, ha dejado apartada su gran pasión por el baile -profesión que podría no estar bien vista para una futura Princesa- y ha empezado a trabajar como asistente personal en una oficina del West End de Londres. Un empleo que, por otra parte, le permite pasar más tiempo con su Príncipe. "Ella no quiere hacer nada que pueda incomodar al príncipe Harry. Creo que se disgustó cuando se hicieron públicas unas fotografías de ella bailando a principios de este año", declaró una amiga de la joven.
Los expertos reales sostienen que el cambio de carrera de Cressida es señal de que su relación con el cuarto en la línea al trono inglés va en serio, ya que no sería factible continuar con la danza estando en el ojo público como novia del Príncipe, de 29 años, o siendo miembro de la Familia Real inglesa. La pareja, que no quiere que la presión mediática pueda afectar a su relación, comienza a abrazar la idea del matrimonio según su círculo de amistades. Lo cierto es que han ido escribiendo su historia de amor día a día, sin prisas, y con buena letra como para no extrañar un final feliz.
Aunque se había sugerido anteriormente que Cressida era demasiado joven (24 años) para dar el gran paso. Una fuente cercana a la pareja declaró a la revista Hello! -versión inglesa de ¡Hola!- que "se llevan" muy bien y que "comparten el mismo sentido de aventura y diversión": "No me sorprendería en absoluto que se casaran". El Príncipe conoció a Cressida en el Arthur Landon‘s Valley Festival en mayo del año pasado, a través de la princesa Eugenia -amiga de Cressy y prima del príncipe Harry-, que ejerció de celestina. Poco después tuvieron que superar una separación forzosa de cuatro meses, mientras el Príncipe se encontraba de servicio en Afganistán, en los que la pareja mantuvo contacto telefónico constante. Sobra decir que la distancia no fue el olvido.
La Antártida espera al príncipe
Ahora su amor tendrá que pasar por una prueba. Este jueves, el hijo menor de Carlos de Inglaterra revolucionó Trafalgar Square durante la presentación de su expedición solidaria al Polo Sur, con la que recaudarán fondos para la organización "Walking with the Wounded" (Caminando con los heridos), dedicada a ayudar a soldados heridos en combate. El príncipe, que estuvo en todo momento rodeado de sus compañeros de viaje, ha estado entrenando durante meses para prepararse a fondo ya que realizarán un total de 335 kilómetros a pie a lo largo de cuatro semanas. "Estos chicos nunca están en las noticias, pero ahora sí lo van a estar y es una manera de recordarles", confesó el príncipe durante el acto.
Cada equipo, el inglés, el de Estados Unidos y el de la Commomwealth, estará liderado por un experto guía polar. Caminarán entre 15 y 20 kilómetros cada día con temperaturas inferiores a los -45ºC, vientos cercanos a los 80 Km/h y una carga de 70 Kilos cada uno. Además, tendrán que superar grandes grietas, plataformas heladas y tormentas de nieve. La carrera comenzará el próximo 30 de noviembre y, si todo sale según lo previsto, se espera que lleguen al Polo Sur 16 de diciembre.
En 2011, esta organización también hizo una expedición similar en el Polo Norte, en la que Enrique tomó parte en el primer tramo, por lo que la del Polo Sur será la primera vez que permanecerá con el equipo durante todo el trayecto.