El ascenso de Carole Middleton: de hija de obrero a abuela del 'royal baby'

por hola.com

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Cuando el royal baby se decida a nacer, Carole Middleton puede ser la primera llamada obligada de los Duques de Cambridge. Como abuela materna, la madre de la duquesa Catherine jugará un papel fundamental en la conformación de la monarquía del siglo XXI. Después de todo ¿qué puede ser más determinante que la influencia en la educación del niño que un día será Rey (o Reina si fuera niña)? Un inesperado giro de los acontecimientos para la humilde Carole Goldsmith.

Si bien la riqueza y el estatus han pulido a Carole Middleton, los valores que la guían son los mismos que aprendió como hija de un obrero -Ronald Goldsmith- en el hogar familiar en el distrito de Southall: trabajo duro, buenos modales y, como prioridad absoluta, la familia. Ronald y su esposa, Dorothy, que a todas luces era una mujer de carácter, aspiraban a más. Cuando que su hija tenía 11 años, el matrimonio tenía suficiente dinero para comprar su propia casa en una zona más próspera de la ciudad. Siendo adolescente, Carole trabajó los sábados en C&A. Después consiguió un trabajo como azafata con British Airways. Se enamoró de su compañero Michael Middleton. Su boda en 1980 en Dorney Court, una mansión estilo Tudor en Buckinghamshire, presagió la elegancia que se asocia a todas las damas de Middleton.

Cuando Carole se quedó embarazada de Kate dejó su trabajo en British Airways y buscó otra manera de tener ingresos que no la llevara lejos de casa. Party Pieces nació. El negocio de los Middleton de venta de artículos para fiestas creció hasta el punto de que Michael también abandonó su puesto en la compañía aérea. Hoy asciende su valor a casi 35 millones de euros, lo que ha permitido al matrimonio costear los estudios privados de sus tres hijos, Kate y sus hermanos, Pippa y James Middleton.

 

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No es raro encontrar a la familia Middleton de vacaciones en Mustique y en exclusivas estaciones de esquí, así como tampoco en citas sociales como Ascot, Wimbledon y fiestas en Buckingham, a menudo invitados personalmente por la reina Isabel. Cuando ves a Carole en presencia de la realeza, parece tranquila, respetuosa, pero no servil. Ayuda el hecho de que comparta muchos de sus intereses claro: la niña de ciudad que fue en el pasado es hoy una mujer hecha a sí misma que se siente como en casa en el campo y en botas Wellington. Incluso, la ahora millonaria Carole posee una participación en un caballo de carreras.

Más importante aún, la Reina puede haber notado que Carole comparte muchas de sus propias cualidades. Ninguna de las dos es dada a extravagantes alardes sentimentales, pero ambas son personas claramente cálidas y cariñosas bajo su frío aspecto. Además ambas disfrutan de un matrimonio largo, estable, feliz: Carole con su marido Michael Middleton y la soberana inglesa con el Duque de Edimburgo. La férrea unión de los Middleton es, de hecho, un buen presagio para el futuro matrimonial del Duque y la Duquesa de Cambridge y una bendición después de varios divorcios en la anterior generación. Además la reina Isabel, experta recicladora real -guarda cuidadosamente sus prendas durante años-, aprobará con satisfacción la reputación de ahorradora de la Duquesa de Cambridge –seguramente otro hábito aprendido de su madre. Si el royal baby heredara cualquiera de estas virtudes, la soberana inglesa puede estar segura de que su legado estará en buenas manos.

 

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