Podría decirse que la Familia Real británica es una familia con mucho ritmo. Hemos visto bailar al príncipe Carlos, a los Duques de Cambridge y ahora el príncipe Harry se ha atrevido con un baile tradicional de Lesotho (Sudáfrica), durante esta visita para ver los proyectos que está llevando a cabo en la zona su organización benéfica, Senteable. Un palo en la mano derecha, intentó seguir el ritmo y los pasos que le marcaban los niños, que estaban emocionados con esta visita real.
Pero no sólo se atrevió con el baile, el pequeño de los nietos de la reina Isabel II también ha demostrado que no se le da nada mal moverse entre los fogones y, ataviado con un delantal y con un rodillo para amasar, preparó en la escuela para niños con problemas de audición y visión con la que colabora Senteable, unos bollos típicos de la zona llamados makoenya, que luego ofreció a la prensa que cubría este acto.
Harry se encuentra en Sudáfrica como parte de sus labores humanitarias que lleva a cabo su fundación. Y es que los hijos del príncipe Carlos y Diana de Gales siempre han estado muy comprometidos con las labores benéficas y presiden y colaboran con varias fundaciones.
El pequeño de la Familia Real británica ya estuvo en esta zona en 2004 y ha querido ver de primera mano los progresos que se están llevando a cabo en la zona y las ayudas que están recibiendo los niños más desfavorecidos. Una faceta solidaria de los príncipes, que siempre recuerda a la labor humanitaria que llevó a cabo durante su madre, la princesa Diana.
El príncipe Harry atraviesa una etapa muy buena y su rostro no puede ocultar su alegría. Después de una temporada en Afganistán ha regresado a casa y vuelve a estar enamorado de nuevo. La afortunada se llama Cressida Bonas, con quien ha sido fotografiado hace pocos días esquiando en Suiza, es modelo y actriz y una gran amiga de la princesa Eugenia de York, que fue quien los presentó.